A río revuelto...

Un Irak gobernado por los propios iraquíes es todavía un objetivo muy lejano. Este es el resultado de la experiencia de autogobierno que se ha realizado desde el mes de septiembre en Basora, segunda ciudad del país. Esta ciudad del sur ha sido la elegida por ser un centro económico y energético, tener mayoría chií y haberse retirado las tropas británicas. Según miembros del gobierno local, faltan médicos, profesores y otros profesionales, hay choques entre milicias chiíes, 100 mujeres fueron asesinadas y la única razón es por ser impías; y lo que provoca mayor preocupación es la infiltración en las fuerzas de seguridad de elementos favorables a las distintas milicias pertenecientes a las tribus dominantes. La única buena noticia para el gobierno iraquí y para las tropas norteamericanas es la renovación de la tregua en Bagdad por parte de la milicia de Muqtada al Sadr, que contribuye a mantener el periodo de seguridad sin grandes atentados. Sería mucha casualidad, excelente coincidencia o forzada consecuencia que la decisión del clérigo radical chií coincida con la independencia de Kosovo. Washington ha puesto mucha carne en el asador con el objetivo de lanzar una claro mensaje a los países musulmanes que se apresuraron a reconocer inmediatamente al nuevo estado independiente en Europa. Guiño de Bush para limar asperezas con el mundo musulmán en un momento clave de la situación en Irak y en Afganistán; y cuando la Casa Blanca ha apostado por un acuerdo entre israelíes y palestinos. Todos esos intereses pasan por la gran base norteamericana en Albania para controlar el Mediterráneo y Oriente Próximo. Incluso Irán, cuando la Agencia Internacional de la Energía Atómica ha denunciado irregularidades en su último informe sobre el programa nuclear iraní. Algo que ha provocado un repunte del precio del petróleo. A río revuelto.