Un martirio interminable
Ingrid Betancourt cumple seis años secuestrada en la selva por las FARC
Actualizado:SUS ideales y las ansias de llevar las riendas de su país natal la condujeron a un túnel sombrío. Sólo unos días después de romperse el proceso de paz entre el Gobierno colombiano de Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ingrid Betancourt, candidata entonces a la presidencia, decidió adentrarse con otros compañeros de campaña en territorio enemigo. En el camino se encontraron con retenes militares que les advirtieron de las serias consecuencias si seguían adelante. El miedo no pudo con ellos y, menos con Betancourt, una mujer con carácter y convencida de que se podía lograr la paz mediante el diálogo. Desde ese día, un 23 de febrero de 2002, lleva retenida por las FARC y perdida en la selva. Sin fuerzas. Debilitada.
Sus dos patrias, Francia y Colombia; su familia, y todo el mundo la recordó ayer más que nunca al cumplirse el sexto aniversario de su secuestro con misas, conciertos y concentraciones. Aunque siempre está en mente, como un símbolo de los que luchan por llevar la estabilidad a Colombia, un país que sufre desde 1933 la lacra de los secuestros. En los últimos diez años 24.000 personas han sido raptadas en su país, pero a esa cifra hay que restar los 1.279 rehenes asesinados en cautiverio. Unos datos desalentadores que resultan más dramáticos si se tiene en cuenta que han capturado a 2.200 niños.
En la actualidad hay 3.320 personas en cautiverio, según las estadísticas oficiales. Entre ellos, se encuentra Betancourt, una de sus rehenes más codiciadas. Consciente de su condición, ha intentado escapar en varias ocasiones de sus raptores. La primera con su compañera de partido Clara Rojas, que fue candidata a la Vicepresidencia. No llegaron lejos y las castigaron sin miramientos. No cejaron en su empeño y Betancourt casi consigue su meta en su segunda huida. Durante cinco días permaneció por la selva con el ex senador Luis Eladio Pérez, pero lograron atraparles y la sanción fue aún más dura: permanecería atada todo el día durante varios meses. A la ex candidata a la presidencia las fuerzas le flaquean, después de tantos intentos fallidos y tantos años en cautiverio. No hay más que comparar las primeras pruebas de vida con la última misiva de la rehén.
«Aquí vivimos muertos»
«Aquí vivimos muertos. Estoy mal físicamente», confesaba en una carta enviada a su madre en diciembre de 2007. Pese al deterioro físico, con esta prueba se acababan los rumores sobre si estaba muerta o sufría el síndrome de Estocolmo y se había convertido en una guerrillera. Ingrid está viva, aunque la fecha de su liberación no parece clara.
Las esperanza surgió de nuevo con la reciente noticia de que las FARC iban a liberar a cuatro ex congresistas, que forman parte del grupo de 44 políticos, soldados, policías y estadounidenses cautivos, que la guerrilla aspira a canjear por cerca de 500 rebeldes presos. De hecho, El comandante de las FARC Iván Márquez confirmó ayer que liberarán en breve al ex senador Jorge Eduardo Gechem, que sufre una grave dolencia y lleva secuestrado desde de 2002. Una señal que despierta la confianza y la fe inquebrantable de Betancourt, que reza el rosario todos los sábados al mediodía para seguir vinculada a su familia.