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El mundo rural se echa a la calle para pedir luz y agua en todas las viviendas
Casi 200 personas cortaron el tráfico durante varios minutos en la carretera de Cuartillos para denunciar «la marginalidad de nuestras barriadas» El Mojo o Las Pachecas son algunas de las zonas donde aún existen familias que carecen de estos bienes de primera necesidad y de alcantarillado
Actualizado: GuardarVivir en algunas zonas rurales de la comarca jerezana se asemeja, en determinados puntos, «a vivir en algún poblado», ya que la luz y el agua son lujos por los que los vecinos llevan décadas peleándose con las administraciones públicas sin obtener resultados. Los asentamientos históricos pero ilegales de zonas como El Mojo, Baldío Gallardo, Cuartillos o Las Pachecas se han visto obligados a convivir con carencias propias de otras épocas o países «ante la pasividad de Junta, Diputación y Ayuntamiento», como los residentes en estas zonas se encargan de recordar una y otra vez.
A pesar de que en los últimos años se están acometiendo mejoras en estas barriadas rurales «nuestras viviendas siguen siendo ilegales», por lo que existen casas donde no hay «ni agua, ni luz, ni alcantarillado». No obstante, «existe un agravio comparativo que está acabando con la paciencia de quienes llevan años esperando poder tener en sus casas estos bienes de primera necesidad» ya que «no entendemos por qué, por ejemplo, en la barriada de El Mojo casi todas las viviendas tienen agua y luz pero siguen existiendo cinco familias que tienen que alumbrarse a través de un generador y el agua sólo pueden tenerla en cubos o en botellas», explicó Ana Rosa Pérez, presidenta de la Federación Unión Rural.
De hecho, como pudo comprobar LA VOZ hace unos meses a través de un pequeño recorrido por las calles de El Mojo, hay familias cuyas viviendas se encuentran situadas a 500 metros escasos de la última toma de agua instalada en la barriada tras «unas ayudas europeas». «A ellos se les ha excluido del núcleo rural porque las instituciones públicas dicen que no forman parte de El Mojo», explicó Susana Sánchez, presidenta del colectivo de mujeres de este área de la comarca.
Entre esas cinco familias «hay una de ellas que tiene niños pequeños y a la que se les ha escacharrado el generador de luz, que cuesta unos 1.200 euros. Aquí somos familias humildes, trabajadoras, que no podemos dejar nuestras casas ni pagar esas cantidades, por lo que nos vemos obligados a vivir con serias dificultades», insistió a este medio una de las vecinas afectadas.
Para acabar con situaciones como éstas Ana Rosa Pérez, respaldada por la junta directiva de Unión Rural, convocó el primero de los actos de protestas que se llevarán a cabo «para reivindicar lo que nos pertenece». Y es que a pesar de la intensa lluvia que caía ayer en Jerez, unas 200 personas se concentraron en la carretera de Cuartillos (junto a la venta Grabiel) bajo el lema «Jerez rural tierra marginada». Durante varios minutos consiguieron colapsar los accesos a la barriada rural y con notable indignación aguantaron mientras la lluvia se hacía más intensa.
«La próxima manifestación será ante las puertas del Ayuntamiento, aunque aún no tenemos fecha. Tras ésta, hemos pensado que el siguiente paso será trasladar las protestas al mercado de los domingos que se celebra en la pedanía de Estella del Marqués», indicó la presidenta de Unión Rural.
Para estos vecinos (que esperaban ser más ya que la lluvia hizo que algunos finalmente no acudieran a la convocatoria), «las administraciones deben responder ya. No podemos esperar cuatro o cinco años a que ellos decidan hacer algo. Deben acelerar la legalización de las viviendas e instalar un sistema de alcantarillado decente. Tenemos los pozos ciegos saturados. Sólo necesitamos que nos ayuden», concluyeron.
braguilar@lavozdigital.es