Negociar con los hijos
Miremos hacia abajo. Ahí están los hijos, reflejo paciente de todas estas transformaciones y convulsiones. Cada vez hay menos niños que viven con ambos padres biológicos, destaca De Viana. Además, los hijos, que se crían fuera del modelo patriarcal tradicional, «se ven expuestos -dice el especialista de la Universidad de Deusto- desde temprano a la necesidad de adaptarse a contextos cambiantes y a roles de adultos. Se resalta la importancia de las necesidades personales por encima de las reglas de la institución familiar», señala.
Actualizado: GuardarTodo en la vida tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La pérdida de los modelos tradicionales que apunta De Viana podría comportar también según otras lecturas un crecimiento individual, una ganancia en seguridad, una conquista de autonomía «Los hijos hoy piden a los padres que justifiquen sus 'órdenes', sus decisiones. Y eso quita mucho poder», razona Gerardo Meil, catedrático de Sociología en la Autónoma de Madrid.
«Ese es otro aspecto del cambio en la familia: se va a una familia que negocia los términos de la convivencia entre sus miembros y entre las generaciones. Se discute sobre el rol que asume cada quien, sobre las tareas a desempeñar, sobre los ámbitos de autonomía de cada uno Y esa negociación con los hijos cada vez sucede más pronto: 'Tú me das el dinero, pero yo decido qué compro, cómo me visto ' 'Yo digo lo que yo hago y no me lo dices tú', son las frases que se emplean en estas negociaciones», explica Meil.
Como señaló en su día la estudiosa de la familia Inés Alberdi «lo que está en retroceso es un modelo jerárquico de familia». Son las adaptaciones al siglo XXI de la nueva familia, la familia elástica.