EXPLOSIÓN. Humareda en el monte Arnotegi, próximo a Bilbao, en donde está el repetidor de televisión. / A. ALDAI. EFE
ESPAÑA

ETA intenta asesinar a policías con una bomba instalada junto a un repetidor

Agentes de la Ertzaintza neutralizan en un monte de Bilbao un artefacto diseñado para estallar cuando se manipulase Miles de personas se quedaron unas horas sin televisión

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La Ertzaintza desbarató ayer el primer intento de ETA de cometer un asesinato durante la campaña electoral. La banda hizo buenas las previsiones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que el jueves pasado activó en toda España el nivel máximo de alerta antiterrorista y advirtió de que los etarras pretenden cometer un asesinato antes del próximo 9 de marzo, el día de los comicios generales.

La pericia de la Policía Autónoma Vasca evitó que alguno de sus artificieros resultase herido grave o muerto por la explosión de la bomba trampa que ETA colocó junto a un repetidor de televisión y radio ubicado en la cima del monte Arnotegi, un paraje muy próximo al barrio bilbaíno de Rekalde.

Manipulación por robot

Los desactivadores de la Ertzaintza, conscientes del riesgo de una trampa terrorista, no tocaron el artefacto y manipularon el pequeño paquete explosivo con la ayuda de su robot. La bomba, compuesta por unos tres o cuatro kilos de explosivo, estalló justo un minuto antes de las doce del mediodía, en cuanto el artilugio mecánico teledirigido trató de mover la especie de caja de zapatos que la albergaba.

La explosión causó importantes daños al repetidor y arrancó el brazo articulado del robot, pero no causó herida alguna a los artificieros, las únicas personas que desde dos horas antes se encontraban dentro del perímetro de seguridad establecido por la Ertzaintza y la Policía Municipal de Bilbao. La detonación, que provocó una densa columna de humo, se oyó desde varios kilómetros de distancia, dejó a la policía local sin varios canales de su sistema de comunicaciones e impidió ver la televisión durante horas a miles de bilbaínos.

Las fuentes antiterroristas consultadas no tienen duda alguna de que ETA buscaba matar a alguno de los policías vascos. Un miembro de la organización terrorista llamó ayer, minutos antes de las nueve de la mañana, a la central de la DYA para anunciar que una bomba estallaría una hora después junto el repetidor del Arnotegi. Sin embargo, el artefacto, colocado en una ventana de la caseta de alimentación eléctrica de la antena, no explotó ni a las diez ni a las once. Sólo lo hizo cuando los expertos la movieron.

A una hora concreta

Las primeras investigaciones indican que no explotó a las 10.00 horas porque, en realidad, la bomba no estaba diseñada para estallar a una hora concreta -no disponía de temporizador- sino que estaba equipada con un iniciador por movimiento, pensado para activarla en cuanto fuese manipulada por los desactivadores.

Se trata de la segunda vez en poco más de tres meses que ETA trata de matar a agentes de la Ertzaintza mediante la colocación de una bomba trampa. El 11 de noviembre pasado hizo estallar un artefacto ante el palacio de justicia de Guecho (Vizcaya), pero no alertó de que había colocado una segunda bomba en una papelera, muy cerca a la primera, pensada para asesinar a cualquiera de los agentes, funcionarios, políticos y periodistas que estuviesen minutos después de la primera explosión dentro del perímetro de seguridad. Por suerte, un error en la confección del artefacto, que no fue localizado hasta el día siguiente, hizo que no estallase.

El atentado fallido de ayer es el segundo que ETA comete este año. La banda atentó el pasado 7 de febrero en Vergara (Guipúzcoa) con la detonación de dos mochilas bomba, con unos 15 kilos de amonitrol, que causaron importantes daños al edificio de los juzgados locales y a varios comercios y vehículos particulares, pero que, gracias al perímetro de seguridad policial, no provocaron víctimas. La banda intentó un tercer atentado este año, pero se frustró el 31 de enero, cuando los terroristas se sintieron descubiertos y abandonaron en un camino vecinal de Guecho el barril de cerveza con una bomba en su interior que transportaban.