De 'pikoletos' y 'maderos' en chiclana
LA GLORIETA La muerte de Loli Amaya ha servido de excusa para volver a reivindicar una Comisaría de Policía en Chiclana. Incluso hay algunos dirigentes de esa surrealista alianza de poder en el Ayuntamiento chiclanero, que al calor de la batalla electoral, han clamado por la entrada inminente de los maderos. Me resulta un tanto vergonzoso tener que darle lecciones sobre seguridad ciudadana a la delegada municipal de Chiclana, que debería controlar aún más la materia que dirige. O quizás soy yo la que me cuelo con esta afirmación y Ángeles Polanco, cuando defiende que su ciudad debe contar ya con una comisaría porque el número de delitos está creciendo, está vendiendo la enésima moto y lo único que hace es disfrazar un engaño.
Actualizado:Para empezar, señora Polanco, cada vez que justifica la llegada de la Policía Nacional porque la delincuencia está subiendo, está echando por tierra el trabajo de más del centenar de agentes de la Guardia Civil que se patean las calles de su pueblo. No creo yo, ni tampoco debería hacerlo creer usted, que los maderos van a ser la panacea y van a arreglar lo que al parecer y, según usted, los pikolos no pueden frenar.
La teoría de los refuerzos encajaría a la perfección si Chiclana se convirtiera, de la noche a la mañana, en el único municipio español con una comisaría y un cuartel con competencias en seguridad ciudadana. Avíseme si alguna vez ve usted patrullando por su calle a un guardia civil, un policía y un municipal, porque quiero esa exclusiva nacional. Cuando la comisaría llegue, el cuartel irá reduciendo sus efectivos como ocurrió en El Puerto, donde, por cierto, hay muchos que lloran por la vuelta de los chicos de verde. Ésa es la realidad y si no le gusta, pida que cambien las leyes pero no engañe a sus vecinos.