Irán: La AIEA no lo certifica
Según os pronósticos más extendidos, el director general de la AIEA, Mohamed al-Baradei, rehusó de nuevo en su esperado informe certificar que el programa nuclear de Irán esconde una obvia dimensión militar. El informe difundido ayer en la sede de la Agencia Internacional de Energía Atómica señala la persistencia de ciertas sombras en dicho programa, reconoce que el gobierno iraní ha dado más información, pero que es incompleta y no consistente. La Agencia de la ONU confiesa que no puede establecer inequívocamente la naturaleza del plan atómico iraní.
Actualizado:Evidentemente, eso es compatible con la conducta seguida invariablemente por Teherán: mantener e incluso acelerar con una nueva generación de centrifugadoras el proceso de enriquecimiento del uranio (que no está prohibido bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear) y mejorar su relación de trabajo con la AIEA.
De hecho, el régimen iraní niega toda jurisdicción sobre el particular al Consejo de Seguridad de la ONU y ve a la Agencia, es decir, una jurisdicción técnica y no política, como el marco donde tratar el asunto. Baradei y Heinonen han visitado Irán y, aunque cautelosos y profesionales, han constatado una mejora en el nivel y la calidad de las inspecciones. Sus criterios se vieron reforzados por la inesperada valoración de los servicios de inteligencia norteamericanos a finales del año pasado, cuando aseguraron que los iraníes habían detenido su programa atómico militar hace cuatro años. Esta constatación más la negativa de al-Baradei, reforzado por el precedente iraquí, a certificar que Irán busca ciertamente armas atómicas hacen improbable un recurso norteamericano a medios militares para abordar el problema.
En Israel critican la indulgencia de la AIEA y patrocinan medidas más contundentes. Pero es improbable que muevan la voluntad norteamericana en este fin de mandato de Bush y también que, por razones políticas regionales, procedan por sus propios medios.