opinión

La Glorieta | Promesas, promesas....

A partir de hoy, prepárense para oir todo lo imaginable. Ha comenzado la gran oferta de las promesas. Todos llegan con sus caravanas de un futuro color de verde esperanza. Seremos los más ricos, la envidia de los países de nuestro entorno, los más grandes, altos y guapos. No importa que usted (como el 54% de la población) no llegue a final de mes porque la hipoteca, el préstamo del coche y la subida del butano y la luz le tengan machacados hasta el último segundo de su existencia. El gran circo electoral comenzó la pasada madrugada, aunque sobrevivimos a una campaña permanente desde hace cuatro años. Son así. Es, por otra parte, la más alta cima de la diosa democracia, el examen por el que pasan, aunque no hayan aprobado la Selectividad. La ley D'Hont tiene sus cosas (la gran ventaja con que parten las mayorías, la insolidaridad territorial o, eso es otro cantar, las listas cerradas de nuestros partidos).

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Se espera un resultado igualado el próximo 9 de marzo, por lo que en mítines y demás congregaciones de fieles enfervorecidos se esperan las más radicales posturas y la mayor equidistancia entre las propuestas de los dos grandes, que al fin y al cabo se van a repartir el pastel de la gran tarta electoral.

Sepan sobrevivir al maremagnum que nos espera hasta el 7 de marzo. Cantinelas repetidas hasta la saciedad, propuestas no realizadas en los cuatro años de poder anterior ni en los otros cuatro de los que están en la oposición. Siempre es así, pero es la fiesta, que en nombre de la Libertad, nos tiene casi dormidos por la anestesia prometeril.

Pero sobre todo, no duden en ir a votar el 9-M.

fperals@lavozdigital.es