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PACTO. El viudo de Bhutto, a la izquierda, y Sharif celebran su acuerdo en Islamabad. / AFP
MUNDO

El viudo de Bhutto y Sharif unen sus fuerzas en el Gobierno para intentar a derrocar a Musharraf

La nueva coalición pedirá a la ONU que investigue el asesinato de la ex primera ministra

MIKEL AYESTARAN
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Pakistán ya tiene coalición de Gobierno. Asif Zardari, viudo de Benazir Bhutto, y presidente en funciones del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), la fuerza más votada en las pasadas elecciones, y Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana Nawaz (PML-N), sellaron ayer con un apretón de manos su unión para la próxima Asamblea Nacional.

La sede del PPP en Islamabad se quedó diminuta para acoger a los cientos de medios de comunicación locales e internacionales que, una vez resuelta la duda sobre la alianza entre los partidos, preguntaron acerca de la futura relación con el presidente. «No vamos a mirar a las fuerzas pro Musharraf, no creo ni que existan», confesó Zardari. Por su parte, Sharif fue más explícito y puntualizó de forma tajante que «en el pasado luchamos contra el dictador, y lo seguiremos haciendo».

Las dos formaciones han firmado un principio de acuerdo, «pero debemos seguir trabajando», resaltó Sharif, que compareció custodiado por su hermano, Shahbaz. Uno de los primeros pactos alcanzados y hechos públicos fue el de realizar la petición formal a Naciones Unidas para que investigue el asesinato de Benazir Bhutto, una reivindicación a la que Musharraf se ha negado desde el primer momento.

Con el PPP como primera fuerza del país y respaldada por el PML-N, el ex general tendrá que acatar la decisión adoptada por quienes van a formar el próximo Ejecutivo. Y ellos consideran «insuficiente y parcial» el informe emitido por Scotland Yard por lo que exigen un proceso similar al de Hariri en Líbano.

Esta alianza supone el fin de ocho años de régimen militar en el país y el retorno a la fórmula democrática que ya experimentó Pakistán en los noventa. Entonces, el experimento concluyó con la llegada del general Musharraf, que dio un golpe de Estado en 1999 y se hizo con las riendas de la nación con el objetivo de acabar con los constantes escándalos de corrupción de la clase política. «No se fue a tiempo y ahora sigue aferrado a su sillón. Es hora de que reconozca que ha perdido el apoyo del pueblo y se vaya de una forma digna», opinó el general retirado Talal Masud.

Marchas de los abogados

Como cada jueves desde el pasado 3 de noviembre, fecha en la que Musharraf declaró el estado de emergencia y encarceló a cinco magistrados del Tribunal Supremo y decenas de abogados, los juristas de todo el país se echaron a la calle para pedir la libertad de sus compañeros. Se registraron incidentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad en Karachi, donde nueve abogados fueron detenidos, en Lahore e Islamabad. En la capital, el líder del PML-N, Nawaz Sharif, encabezó la marcha para mostrar su decisión de «restaurar el sistema judicial lo antes posible». Se trata de otro de los puntos de acuerdo de la nueva coalición de Gobierno, que quiere devolver su puesto al magistrado jefe del Supremo, Iftikhar Chaudhry.

Algunos analistas, con memoria histórica, piden calma a una opinión pública eufórica.