David Milliband interviene en la Cámara de los Comunes. / REUTERS
MUNDO

El Gobierno británico pide perdón por haber permitido vuelos de la CIA en su territorio

Brown confiesa su decepción con Washington por no informarle de los traslados de presos

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Después de haber negado durante años que vuelos de la CIA hubiesen aterrizado en suelo británico, ayer, llegó la humillación: el Gobierno de Gordon Brown se vio obligado a reconocer que la información que le había pasado hasta la fecha Estados Unidos era falsa. Dos aviones estadounidenses que transportaban prisioneros, que posiblemente serían torturados después, aterrizaron para repostar combustible en dos ocasiones en Diego García, un territorio británico situado en el centro del Índico.

El ministro de Asuntos Exteriores, David Milliband, lo admitió en un discurso en el Parlamento. «Lo siento mucho», dijo y, posteriormente, defendió al Gobierno aduciendo que si hasta ahora lo había negado, había sido «de buena fe». Su predecesor, Jack Straw, y el ex primer ministro, Tony Blair, habían asegurado en varias declaraciones hechas entre 2005 y 2007 que no tenían pruebas de que vuelos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos hubiesen hecho escala en Reino Unido.

La revelación de ayer, aunque saliese del Gobierno, supone un gran apuro para el Ejecutivo de Gordon Brown y sus relaciones con su tradicional aliado. El primer ministro reconoció que «es triste que esto no se supiera, pero es importante que pongamos en marcha procedimientos para que esto no ocurra otra vez».

Sendos vuelos aterrizaron en Diego García en 2002 y en ambas ocasiones llevaban un pasajero a bordo; uno iba a Guantánamo, mientras que el otro a Marruecos. Según Milliband, el Gobierno estadounidense le aseguró que ninguno de los prisioneros era británico, ni salieron del avión, ni fueron retenidos en Diego García, donde EE UU cuenta con una base militar que alquila a Reino Unido.

Uno de los detenidos ha sido liberado de Guantánamo, mientras que el otro continúa en la base estadounidense en Cuba. Washington ha asegurado a Londres, además, que ninguno fue torturado usando la técnica conocida como asfixia simulada, que consiste en verter agua sobre la cabeza de un prisionero para causar la sensación de ahogo.

«Error administrativo»

Reino Unido siempre ha insistido en que un país debe pedir permiso antes de transportar detenidos a través de su territorio o espacio aéreo, pero en esa ocasión EE UU lo hizo a sus espaldas. La CIA reconoció ayer que actuó mal y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, pidió disculpas personalmente por el hecho de que un «error administrativo» llevase a que dos «breves» paradas no estuviesen registradas.

Desde el 11-S, organizaciones de derechos humanos, políticos y víctimas de los abusos, no se han cansado de denunciar que los servicios de inteligencia de Estados Unidos han enviado a sospechosos de terrorismo, muchos de ellos detenidos en Irak y Afganistán, a otros países para interrogarlos porque no estaban protegidos por la legislación estadounidense.

Un informe del Consejo de Europa demostró la implicación de catorce países europeos en los vuelos de la CIA, entre ellos España. Otro, elaborado por el diputado italiano Claudio Fava para el Parlamento europeo, determinó que 125 traslados operados por dicha agencia hicieron escala en una decena de aeropuertos españoles entre 2002 y 2005.