Debate civilizado
Ayer se demostró que es posible celebrar un debate electoral sobre temas importantes desde el respeto y sin caer en el insulto ni en la descalificación. La economía se elevó muy por encima de la altura habitual que se alcanza en otras cuestiones. Sin em-bargo, los contendientes nos proporcionaron muy pocas novedades. En el tono general, Solbes estuvo profesoral, algo monótono y más a la defensiva. En el contenido vendió optimismo, se quejó del dramatismo y se centró en lo que le place; es decir, eludió los problemas del presente para centrarse en los datos globales de una legislatura ciertamente magnífica en lo económico. Por su parte, Pizarro se estrenaba ante el gran público y demostró que es capaz de lidiar ahora en los platós de televisión como antes lo hacía en las juntas de accionistas. Estuvo más dinámico, una pizca demagogo y supo marcar el terreno del debate. Como era previsible, eludió los logros de la legislatura y enfatizó los problemas del presente apoyándose en la evidencia de unos índices de confianza de los ciudadanos que se están de-rrumbado día a día.
Actualizado: GuardarEn cuanto a las propuestas de actuación futura si ganan las elecciones, ninguno se esforzó mucho en detallarlas y no resultó sencillo encontrar las diferencias. Quizás las hubo en el terreno fiscal, en donde Pizarro prefiere «dejar el dinero en los bolsillos de los ciudadanos» confiando en que la bajada de los tipos aumente la base de los impuestos y, por ende, la recaudación; mientras que Solbes prefiere tenerlo él en la caja común, para distribuirlo a su conveniencia y según sus prioridades. Coincidieron en la importancia de la competitividad y en la necesidad de fomentar el I+D y tocaron sólo de refilón algunos temas económicos importantes como la financiación autonómica. En definitiva, un debate interesante y civilizado, aunque dudo de que haya despejado las dudas electorales de los que las tengan.
Fue una clase de economía pública explicada para un público entendido. Y, normalemte, los entendidos ya tienen fijados los criterios, claras sus preferencias y elegidas sus opciones.