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COMUNICACIÓN. Antonio y Maika juegan con la pequeña Carmen, la primera bebé del mundo a la que se le ha practicado un implante auditivo de tronco cerebral. / E. C.
Sociedad

Carmen rompe su silencio

Una niña murciana de quince meses, que nació sin los órganos que permiten la audición, logra oír y hablar al serle practicada en Navarra una operación pionera en el mundo

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Carmen nació hace quince meses en un mundo de silencio. Sus padres, una joven pareja de Murcia, creyeron que era una niña como los demás, pero se equivocaron. Carecía de nervios auditivos y no oía absolutamente nada. Ni la más mínima señal. Nada. La burbuja en la que vivía se ha roto, sin embargo, gracias al trabajo de un equipo médico de la Clínica Universitaria de Navarra, que ha logrado colocar a la pequeña un avanzado implante auditivo que además de permitirle comunicarse, le ha colocado en el centro de las miradas de la comunidad científica internacional. Carmen se ha convertido en la paciente más joven del mundo sometida a una intervención de estas características, pero lo más importante es que ha comenzado a oír.

Sólo uno de cada 100.000 recién nacidos nacen con el defecto congénito que aislaba a la niña murciana del ruido del mundo. Muy pocos críos carecen como ella de los nervios cocleares, que son los que transmiten las ondas acústicas al cerebro para que éste las interprete como sonidos. «Se trata de una paciente que no podíamos tratar con audífonos ni con implantes cocleares, porque el órgano que tenemos que estimular, el responsable de conducir el impulso -que es el nervio coclear- en su caso no existe», detalló el otorrinolaringólogo Manuel Manrique Rodríguez, que dirigió la intervención, junto con el neurocirujano pediátrico Bartolomé Bejarano.

La única alternativa que le quedaba al equipo médico era introducir un implante auditivo en el tronco del cerebro, algo así como el corazón del sistema nervioso central. El tronco del encéfalo es la mayor ruta de comunicación existente entre el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Algo que da una idea de su importancia y de lo delicada que es esta parte del cuerpo, ya que de ella dependen funciones tan vitales como el control de la respiración, la regulación del ritmo cardiaco y, en buena medida, también la interpretación del sonido.

La primera intervención de esas características en España se practicó hace sólo seis años en el hospital materno-infantil de Las Palmas de Gran Canaria, donde fue intervenida una mujer de 38 años que había perdido su capacidad auditiva a consecuencia de dos tumores que le habían sido extirpados. La experiencia en niños es mucho menor. En todo el mundo sólo se han efectuado 38 implantes de tronco cerebral en menores de 12 años. La operación consiste en colocar una matriz de electrodos, 22 en total, en el tronco cerebral del paciente y comprobar con todos ellos, uno por uno, con cuáles se obtiene una respuesta auditiva. El ejercicio permite a los cirujanos confirmar el lugar exacto donde deben colocar el dispositivo.

Dos ingresos al quirófano

¿Qué dificultades especiales presentaba la operación de la pequeña Carmen? Al tratarse de alguien tan joven, un bebé de 13 meses cuando se practicó la segunda de las dos intervenciones necesarias, los médicos temían que el espacio donde iban a colocarse los electrodos podía ser tan estrecho que su instalación fuese inviable.

La primera parte de la intervención se llevó a cabo en octubre y consistió en introducir la placa en el tronco cerebral de la niña. La segunda, realizada el mes pasado, sirvió para ajustar la intensidad y velocidad de estimulación del equipo. Algo aparentemente tan frío como la tecnología se ha convertido ahora en calor humano. Carmen ya ha dicho sus primeras palabras. «Ma-ma-ma».