El PSOE detecta una fuga de votantes al PP
Los socialistas harán «más expresiva» su campaña para activar al electorado y alcanzar una participación cercana a la de 2004
Actualizado:«Son mayoría quienes quieren que Zapatero vuelva a ganar; lo que tenemos que decir es que no es suficiente con querer, hay que ir a votar». El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, resumió ayer con esta frase el eje de sus campaña electoral para los comicios del 9 de marzo. Hay inquietud en el partido. Y no sólo porque el presidente del Gobierno no logra despegar en las encuestas del que hasta hace unos meses consideraban un rival endeble sino porque, por primera vez en muchos años, han detectado un nada despreciable trasvase de votos al Partido Popular. El último barómetro del CIS arroja una cifra inusualmente alta. Algo más del 5% de quienes en 2004 se decantaron por los socialistas declaran que darán su apoyo a Mariano Rajoy.
En el cuartel general que la formación ha montado, como en cada contienda electoral, en su apartada sede de la calle Gobelas, una de las zonas residenciales del noroeste madrileño, hay disparidad de opiniones. Algunos aseguran que el dato no es suficientemente relevante y juzgan difícil su materialización. «Lo lógico sería que a la hora de la verdad se traduzca en abstención», dice un miembro del comité de campaña. Su tesis es que la fuga no es preocupante en sí misma. Sobre todo, porque Rodríguez Zapatero pierde, pero también incorpora votantes de partidos situados más a la izquierda como Izquierda Unida (cerca del 9,8%), Esquerra Republicana de Catalunya (6.5%) o el Bloque Nacionalista Galego.
Otros admiten, sin embargo, que se trata de un dato preocupante. Tanto como el hecho de que el instituto sociológico sólo dé al PSOE a estas alturas una ventaja de un punto y medio sobre el PP, cuando en 2004 llegó a los cinco puntos. En todo caso, se aferran a que el CIS nunca ha sido capaz de anticipar los resultados de las generales. En 2004 dio la victoria al PP y en 2000, cuando José María Aznar logró su mayoría absoluta, el veredicto de las urnas coincidió más con la intención directa de voto que con lo que coloquialmente se conoce como la cocina de los sociólogos. Es decir, con la estimación que generalmente se da por buena.
El único motivo real de preocupación, según las concluyen los estrategas del partido, es la escasa movilización del electorado. «Todas las encuestas -señaló Blanco en un desayuno informativo del Forum Europa- coinciden en que el PSOE ganará; es verdad que ganará sin mayoría suficiente para no depender de nadie y esa es la labor que nos queda de aquí al 9-M». Su objetivo es lograr una participación similar a la de hace 4 años (el 77,2%). Por debajo de un 65%, y conforme a sus propios cálculos, los socialistas tienen difícil la victoria. Entre esa cifra y un 70% el resultado estaría «ajustado». Y todo lo que esté por encima, será «positivo». En todo caso, según fuentes del partido, no habrá cambios en la estrategia desarrollada durante las últimas semanas. Y tampoco quedan ya grandes anuncios efectistas en la recámara del candidato. A la pregunta de cómo se pretende salir del estancamiento, la respuesta es unánime: «haciendo más expresiva nuestra campaña». Es lo que el propio Zapatero definió en una conversación que creía privada como «dramatizar».
En este sentido, los resultados ajustados que vaticinan las encuestas benefician a su estrategia. Blanco se apoyó en ellos para subrayar que si los ciudadanos no acuden a las urnas. «Rajoy puede volver» y que con él volverán Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, relegados ahora a un segundo plano para no desvirtuar la imagen de político moderado con la que el presidente del PP quiere presentarse al electorado.
A poco más de quince días de los comicios, los socialistas siguen diciendo que uno de sus principales problemas reside en que a su electorado le cuesta mucho ponerse en «mentalidad electoral». Confían en que la mera atención de los medios en las próximas dos semanas sirva para resolver el problema. Sobre todo, porque contribuirá a la bipolarización entre PP y PSOE y porque, según uno de los estrategas socialistas, «nuestro candidato siempre se crece en la campaña». Además, confían en que los debates televisados contribuyan a despertar el interés en las elecciones. Con eso, dicen, bastará.