El Sevilla paga caro sus errores en Estambul y deberá esperar al partido de vuelta
El conjunto de Manolo Jiménez estuvo cerca de llevarse la victoria en los minutos finales, pero Semih marcó en el 87' El Fenerbahçe fue siempre por delante en el marcador
Actualizado:El Sevilla pagó caro sus fallos. El Fenerbahçe sacó petróleo de los despistes de la defensa de Manolo Jiménez y se llevó la primera parte de la eliminatoria con una facilidad pasmosa. Los turcos marcaron tres goles, dos de regalo, que obligan al equipo andaluz a remontar en el Sánchez Pizjuán un cruce que parecía sencillo a priori. Y es que la seguridad hispalense despareció en el infierno turco. La zaga y el centro del campo hablaban idiomas diferentes. No se entendían en las coberturas, tampoco en los repliegues ni en las marcas. Esta indecisión permitía a los jugadores del Fenerbahçe vivir entre líneas con tranquilidad.
Los delanteros turcos caían por las bandas para abrir el campo y permitir la entrada de la segunda línea. De una manera tan sencilla. Mateja Kezman se fabricó la primera gran oportunidad del partido. En la segunda ocasión que tuvo, el ex atlético adelantó al Fenerbahçe. Remató entre los dos centrales más solo que la una, desatando la locura en el abarrotado Sükrü Sasraçoglu.
Pero si los sevillistas no se entendían, los locales también sufrían incomunicación. La defensa otomana era un coladero. Nadie sabía qué hacer y cómo cubrir cada parcela. En ese desconcierto, llegó el empate. Daniel Alves puso el único centro bueno de todo el duelo y Edu, que llegaba como una locomotora para defender, metió el balón en su propia portería. El tanto no espabiló al Fenerbahçe, que seguía haciendo cosas raras. Por ejemplo, sólo al equipo turco se le ocurre cerrar un córner con un solo jugador; y sólo el Sevilla puede desaprovechar un tres contra uno en esa situación.
El partido se convirtió en un correcalles. No existía el fútbol de creación porque las transiciones se hacían a una velocidad de vértigo de un lado a otro. Sólo en las cercanías de las áreas se fabricaba algo de fútbol. Pero antes, los dos equipos tenían que sacar de nuevo su peor cara. Empezó el Sevilla con un saque de esquina defendido de forma horrorosa que Lugano castigó con el segundo gol; pero casi en la jugada posterior, el Fenerbahçe devolvió el regalo y permitió que Escudé empatara en una falta. El francés estaba solo en el segundo palo.
Falta de definición
Tras este paréntesis, los viajes hacia las áreas continúo. El Sevilla se acercaba más a la portería de Derimel, pero era incapaz de definir las buenas combinaciones que se fabricaban desde las bandas. En cambio, el Fenerbahçe sí tuvo ese acierto. Semih provocó la locura en sus aficionados cuando sólo quedaban tres minutos para el final y obligaba al Sevilla a marcar en su estadio.
Ahora, el Sevilla deberá hacer los deberes en su terreno, algo que no debería serle difícil por su superioridad aprovechando los dos goles conseguidos en tierras turcas. Y es que en la Liga de Campeones no caben fallos como ya advertía una pancarta en la grada turca: «Es una estupidez buscar cerebro en aquellos que discuten la grandeza del Fenerbahçe».