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PAN Y CIRCO

Al señor balsasano

Vaya por delante que esta reflexión va dirigida al abogado madrileño y no a su hermano Javier, cadista hasta la médula y una de las principales víctimas de la espantada de don Arturo y su Corte, al ser doble en su caso la decepción, deportiva y familiar. Señor Baldasano: Puedo comprender que en este triste combate de boxeo con don Antonio Muñoz, donde los dos amagan pero ninguno ataca, haya decidido guardar para mejor ocasión las supuestas irregularidades que detectó en la dirección del club, o que el evidente pacto de confidencialidad le obligue a no sacar a la luz pública, de no ser necesario, la famosa contraauditoría redactada por un conocido catedrático.

FERNANDO ESTRELLA deportes@lavozdigital.es
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Es comprensible su silencio ante las demagógicas acusaciones de quien quiso venderle un piso con grietas, pues, pese a los esfuerzos por hacer ver lo contrario, es evidente que el vendedor no ha exigido al comprador el cumplimiento del contrato. O lo que es lo mismo, que hay un claro perdedor en lo relativo a la venta frustrada del paquete mayoritario de las acciones. Quien negó estar en negociaciones para la nueva venta de tales acciones hasta la víspera de la firma ante notario, tratando a los cadistas como analfabetos y pretendiendo hacerles ver que la venta de una Sociedad Anónima puede hacerse en horas, es posible que no se merezca constantes réplicas ante las acusaciones de llevar el club a la ruina o de realizar fichajes mediocres. Distinto son las acusaciones que, con ocasión de la Junta de Accionistas, realizó contra su persona y entorno el polémico Auditor, Sr. Páez. Cuando a uno le acusan de cometer un delito, no puede dar la callada por respuesta y pasar página. Aunque sólo fuera por sus orígenes gaditanos, por su veraneos, y por el grupo de gaditanos a los que embaucó con su proyecto, aparte de por los vínculos familiares ya mencionados, Vd. tendría que haber llevado a dicho señor a los Tribunales. A lo contrario es a lo que en Cádiz llamamos quedar como un mamarracho.