Vuelta de Hoja | Al Fayed acusa
Siempre son mejores los detectives de las novelas policíacas que los de verdad. No es que éstos carezcan de perspicacia, sino que los asesinos les superan en esta cualidad, imprescindible para ambos oficios. Muchos crímenes han quedado sin resolver, especialmente los que no se consideraron tales y se calificaron de desdichados accidentes. Por otra parte, ni a Kennedy ni a Jack El Destripador se les puede asignar persona alguna que estableciese el final de sus vidas. Una lástima, porque hubiera pasado a la historia. Como en el Cancionero Anónimo, los autores más meritorios son desconocidos. El último enigma y también el que más está durando en las revistas del corazón y de otras zonas más bajas es el de Lady Di. La princesa era una espiga de oro, aunque quizá algo sosaina. Para favorecer su leyenda, acertó a sentirse desdichada y para colmo murió dejándole a la más o menos duradera posteridad un misterio bajo un túnel.
Actualizado: GuardarMohamed Al Fayed está convencido de que la princesa de Gales y su prometido murieron a causa de una conspiración y periódicamente reitera su tesis. Todos sabíamos que los fallecimientos no se debieron a causas naturales, pero casi nadie sabe que muchos accidentes se deben a lo mismo. Nunca sabremos si hubo conjura para impedir el matrimonio de Diana y Dodi, que por aquellos días se garantizaban amor eterno. Los servicios secretos británicos han guardado tan escrupulosamente el secreto que ni siquiera ellos lo saben. El único que está seguro es el propietario de los almacenes Harrods, que se esfuerza en airear los trapos sucios, salpicados de sangre.
Ahora se está cebando con el duque de Edimburgo, el ilustre pasmarote. Le ha llamado «nazi» y «fascista», como si no fuera suficiente una de las dos cosas. La verdad está en un túnel de París y quizá la encuentre alguien del servicio de la limpieza.