Los comerciantes toman sus propias medidas de seguridad por temor a nuevos atracos
Las tiendas de la Plaza Mayor de Chiclana cierran a la misma hora por precaución Varios minoristas de Puerto Real anuncian que blindarán sus establecimientos
Actualizado: GuardarLos comerciantes de Puerto Real y Chiclana tienen miedo y no dudan en reconocerlo. Los últimos atracos a punta de pistola y con armas blancas ocurridos en ambas localidades han hecho que se planteen tomar sus propias medidas de seguridad para prevenir nuevos asaltos.
Prueba de ello es el acuerdo al que han llegado algunos establecimientos del entorno de la Plaza Mayor de Chiclana, a pocos metros de donde se produjo el apuñalamiento mortal de la joven Loli Amaya el pasado jueves. Estos comerciantes van a «cerrar a las ocho y media de la tarde, media hora antes y todos a la vez, para evitar más sustos». Lo contaba ayer Rocío González, propietaria de la herboristería La Milagrosa, que ya sufrió en sus carnes un atraco con arma blanca el pasado 10 de enero, «en el que se llevaron apenas 400 euros», según recuerda.
Algo parecido ocurre en la vecina población de Puerto Real, donde los tres asaltos cometidos en dos semanas han hecho saltar la alarma entre los propietarios de los establecimientos minoristas.
Algunas de las farmacias atracadas estudian qué medidas de seguridad implantar en los próximos días en sus boticas. Del mismo modo que hace la tienda de energía solar asaltada recientemente, Solosol, cuyo propietario ha anunciado que instalará un portero automático para poder controlar el acceso de la tienda.
La asociación de comerciantes de Puerto Real, Apreco, ha pedido a la Policía Local más presencia en las zonas comerciales, incidiendo en la importancia de vigilar las tiendas más alejadas del casco histórico por ser más vulnerables a los asaltos. De momento, los agentes ya patrullan a pie el centro de la Villa y han aumentado la seguridad en la periferia.
En el caso de Chiclana, la patronal del comercio local, Adeco, ha reiterado la necesidad de que no cunda el pánico, algo que parece ya inevitable. Para conocer con detalle la situación, en los próximos días sus responsables se reunirán con los mandos locales de Policía Local y Guardia Civil. De momento, las llamadas a la calma no pueden evitar que los comerciantes tengan miedo. «La cosa no es para tomárselo a broma», asegura Isabel, dueña del comercio Iris en Chiclana. En término parecidos habla Irene Aragón, responsable de la Agencia de Viajes Costa Sancti Petri, ubicada a escasos metros de la colchonería de la Cuesta del Matadero, que ya ha optado por cerrar «con pestillo y no abrir si no hay garantías», asegura.
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