El empate final no sirve para nada a dos equipos muy necesitados

Hay que partir de la base que el punto sumado por uno y otro equipo no les permite salir de la penúltima y última posición de la tabla clasificatoria, y que la victoria tampoco era la panacea para los males de ambos, sobre todo del Algeciras. No obstante, y tal como se desarrolló el partido, hace más feliz al Talavera, por aquello de conseguirlo fuera de casa y cuando al descanso tenía todo perdido.

Por último, también hay que dejar sentado desde un principio que si alguien tuvo que ganar el partido fueron los locales, pero como se sabe el fútbol no es una ciencia exacta, por lo que este punto duele más en el fondo que en la forma en que se produjo.

Duelo entre colistas

Este era el partido de las revindicaciones. Los dos equipos necesitaban demostrar a sus respectivas aficiones que todavía tienen posibilidades de salvar la categoría.

El único que lo consiguió fue el equipo de José Luis Montes, sobre todo en la primera mitad, cuando ofreció a los escasos aficionados que se dieron cita en la tarde de ayer en el Nuevo Mirador un buen partido.

Con seis canteranos en el campo y cuatro en el banquillo los locales le metieron, sobre todo por banda derecha, una quinta marcha al partido hasta convertirse en el dominador absoluto del choque. Inmediatamente se vio que los chavales tenían ganan. La demostración fue la primera oportunidad en un disparo muy cruzado de May (minuto 6) que salió fuera por muy poco.

El tanto de Ángel (minuto 12), uno de los mejores que se han visto este año en el coliseo algecireño, tras el que Adrián Máiquez le hizo al Betis B, hizo jugar a ambos de distinta manera.

A los rojiblancos les dio confianza, mientras que su rival vio que no se habían cumplido quince minutos y ya marchaba por detrás en el marcador.

Así las cosas, la responsabilidad del partido estuvo siempre de lado local, limitándose los toledanos a intentarlo de vez en cuando al contragolpe y, si bien tuvieron algunas opciones, finalmente fueron desbaratadas por la defensa o por Félix.

Para rubricar la excelente primera mitad, el Algeciras logró el tanto de la tranquilidad a ocho minutos para la llegada del descanso, en una jugada de Pedro, con disparo raso que se metió pegado a la cepa del poste izquierdo de Rubén Martín.

Con este tanto, en teoría el de la sentencia, concluyó una de las mejores y más divertidas primeras mitades de las que se han visto en esta temporada.

Remontada letal

Parecía que tras la reanudación el equipo de Pedro Morilla le pondría más interés a la contienda y aunque en los primeros minutos no se notó mucho, tras los cambios realizados la cosa empezó a ponerse fea.

No había hecho más que saltar al terreno de juego (minuto 57), cuando Jorge consiguió, a puerta vacía, acortar distancias y mete a su equipo en el partido después de una buena jugada de Mata.

Si con el gol de Ángel el Algeciras se fue arriba y el Talavera abajo, con el tanto visitante ocurrió todo lo contrario y fueron los castellanomanchegos los que empezaron a hacer la vida imposible a los locales, que empezaron a pasar por momentos de auténtico apuro. En el tiempo de descuento y en una melé en el área pequeña los defensas locales no acertaron a despejar el esférico, pero el talaverano si a empujarlo al fondo de la red. Lo postrero de la acción hizo que no quedara tiempo para más.