De zombis y de días
Actualizado:sted y yo sabemos que hay alguien que cultiva los tomates de la ensalada y que la vida sin lechuga no sería tan refrescante. Para celebrarse y llamar la atención de los gobernantes sobre sus problemas como colectivo, la Unión de Pequeños Agricultores ha organizado el Día del Orgullo Rural, que tuvo lugar ayer. Desconozco las inquietudes que puedan quitar el sueño a los campesinos, aunque sospecho que la diferencia del precio que les pagan por sus productos con respecto al que alcanzan en el mercado no es la última de ellas. Pero esta cuestión es tan indignante como conocida y lo que quería usted es saber por qué diantres hay un día para celebrar casi cualquier cosa imaginable. Cada grupo de personas con intereses comunes quiere hacerse oír y que se den soluciones para sus vicisitudes. Tiene lógica, usted también quiere que la Administración tenga en cuenta sus necesidades. El caso es que como ha observado usted con su habitual perspicacia, resulta un tanto ridículo eso de andar dándose golpes en el pecho para decir que se es quien se es. Y esto es aplicable sólo a las personas, pero también hay un día del árbol, otro de la paz, otro sin coche, etc. Es algo así como si dijéramos que hay días para las cosas que, políticamente, es correcto que sean agradables. Y también hay jornadas que se dedican a las cosas que habría que desterrar - como el hambre, la guerra, la violencia doméstica-. Aunque en esta lista habría que incluir las comedias de situación y la cirugía estética -dos grandes males que azotan Occidente-. Mire usted si hay días y días, que también ayer se conmemoró el día de los zombis en Madrid y por ahí iban vestidos de cadáveres. Habría que ponerlos a cavar. Los muertos, a sus tumbas.