Una ola de atentados con 40 muertos pone un broche violento a la campaña
Las elecciones generales de Pakistán nacieron marcadas por el signo de la violencia tras el atentado contra Benazir Bhutto y cerraron la campaña con un nuevo ataque suicida. La jornada final se convirtió en una macabra sucesión de acciones terroristas que recorrieron el país de norte a sur y dejaron al menos cuarenta muertos. El área más castigada volvió a ser la zona tribal fronteriza con Afganistán. Un kamikaze se precipitó con un coche cargado de explosivos contra la oficina del candidato independiente, Riaz Hussain, en la ciudad de Parachinar. Según el portavoz de Interior, Javed Cheema, 37 personas perdieron la vida y otras noventa resultaron heridas a consecuencia de la fuerte explosión.
Actualizado: GuardarHussain, que resultó ileso, es firme aliado del Partido Popular de Pakistán (PPP), la principal fuerza de la oposición, un partido que ha sufrido la dureza de la violencia en los últimos meses, especialmente con el asesinato de su líder y gran favorita para haber sido elegida primera ministra en estas elecciones. Su viudo, Ali Zardari, actual presidente en funciones del partido, condenó la acción «con todo el espíritu de la democracia» y pidió calma a sus votantes porque «no debemos abandonar el camino hacia esa democracia».
Desde la Casa Blanca, que sigue con detenimiento el proceso electoral en un país aliado y que resulta clave para sus intereses en la zona, también se envió un mensaje de condolencia al PPP. El portavoz estadounidense, Gordon Johndroe, declaró que «la violencia no es la respuesta.