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«All you need is love»

LA GLORIETA Cupido, zeñó Cupido, qué he hecho yo pa meresé to lo que me pasa». Sabía que esto del Día de los Enamorados era más de los ejecutivos publicistas de El Corte Inglés que de las propias almas del ser humano -¿por qué no celebrarlo durante todo el año y sí en una fecha del mes de febrero?- Esto me huele más a chamusquina financiera que a sentimientos. Dicen que ellas prefieren más un viaje que otra señal de agradecimiento por haberte conocido ; y nosotros, más egoístas, el buen vino y el mejor yantar. Y eso que en el siglo XXI se lleva más un bañito en un spa que la corbata o el trapito de toda la vida.

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Como los tiempos cambian que es un horror, la última moda en el sexo (qué mejor señal de amor) es el tupper sex. Ungüentos de todos los colores y sabores -el de piña es fantástico-, plumitas para adorar al dios Eros y polvitos para comportarse ante tu pareja como Superman y estar más firme que la espada de El Cid (el torero antes de matar al morlaco) en el momento de la verdad. Claro, que luego viene lo de las tomas falsas y a veces se convierte en una tragicomedia. «San Valentín, en dónde me has dejado», murmuran los emuladores de Nacho Vidal.

«Todo lo que necesitas es amor», escribieron McCartney y Lennon. Y además ser perseverantes, no caer en el desaliento y huir de nuestras limitaciones.

Tratamos de perdernos en celebraciones fijas cuando deberían ser los 365 días del año. Si todos cayéramos en la tentación del amor (no sólo del que nos hablaba el griego Platón) nuestro rostro reflejaría más felicidad y menos crispación. Si no comparen la cara de Sarkozy con la de cualquiera de nuestros líderes nacionales.