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La NMAC abrirá en marzo su biblioteca con 4.500 volúmenes sobre arte contemporáneo
La Fundación, que cerró 2007 con un 27% más de visitas, presenta su programa para 2008
Actualizado: GuardarCon la satisfacción de haber incrementado un 27% su número de visitantes en 2007, la Fundación Montenmedio de Arte Contemporáneo afronta un nuevo curso marcado por la ejecución y puesta en uso de dos de sus proyectos estrella: una gran biblioteca, con 4.500 volúmenes que la situarán entre las más completas del país, y la inauguración de la Stupa de James Turrell.
Entre marzo y abril se abrirán las puertas del Centro de Documentación ubicado en un antiguo pabellón militar y que concentrará un amplio fondo bibliográfico de publicaciones especializadas en arte y naturaleza, arte público y arte contemporáneo, además de un archivo audiovisual y una hemeroteca sólo a la altura del que mantienen el CAAC de Sevilla y del CAC de Málaga.
También en los próximos meses se presentará el esperado catálogo de Love Stories, el proyecto de Aleksandra Mir, y que incluirá relatos de los actores que han participado en la iniciativa.
Dentro de los programas de divulgación y formación que habitualmente desarrolla la NMAC, para mayo está previsto que comience Arte y Medio Ambiento para toda la familia, cuyo objetivo es solventar la escasez de una oferta dirigida «a un público de todas las edades». El departamento pedagógico de la Fundación habilitará material específico adecuado a las personas que lo deseen. La idea es «ofrecer una alternativa cultural y de ocio para los fines de semana que combine arte y naturaleza».
Habrá que esperar hasta «finales de verano o principios de otoño» para contemplar la Stupa de James Turrell terminada. La obra, diseñada exclusivamente para Fundación, es un trabajo de gran complejidad, que forma parte de la serie de espacios para la luz conocidos como Skyspaces, muchos de los cuales surgieron a raíz de los estudios realizados en el Roden Crater.
El acceso a la stupa a través de un pasadizo desemboca en un cuarto de luz abierto al cielo donde el visitante puede sentarse a contemplar los cambios de luminosidad y la ambivalencia respecto a los limites de la percepción «en el que el que el espectador se encuentra ante la dificultad de saber dónde acababa la luz y empieza la estructura». En este proyecto, al igual que en la mayoría de sus trabajos, la luz no sólo tiene textura, sino que adquiere sustancia y posición.
Las stupas son cúpulas redondas que se encuadran en la tradición arquitectónica budista y que, según sus constructores, por su forma y posición, producen el efecto de acercar al espectador al cosmos. dperez@lavozdigital.es