Perdón aborigen
Actualizado: Guardarl emotivo discurso con el que el primer ministro de Australia, Kevin Rudd, se ha disculpado ante los aborígenes por las injusticias cometidas durante dos siglos de colonización representa un imprescindible acto de contrición con el que se asumen plenamente los errores cometidos en la construcción de un país con una firme trayectoria democrática. La pretensión del Ejecutivo de Rudd de borrar con su gesto «una gran mancha del alma de la nación» no sólo reconoce que el estado australiano se levantó en detrimento de los derechos de los ciudadanos oriundos. Debe constituir necesariamente el primer paso hacia otros de calado material que reduzcan las elevadísimas tasas de mortalidad infantil, desempleo o delincuencia que soportan quienes fueron privados reiteradamente de la posibilidad de ser tratados como iguales.