La Unión Europea blinda sus fronteras para combatir la inmigración ilegal
La Comisión proyecta un registro de entradas y salidas, además de la identificación biométrica en los visados
Actualizado:Europa se blinda. Además de las muy complejas disposiciones adoptadas ya en discusión para hacer frente al fenómeno de la delincuencia internacional, la trata de seres humanos o el terrorismo, la Comisión Europea ha llegado a la conclusión -espoleada, indudablemente, por los socios comunitarios-, de que hay que ser más exigentes: en control de fronteras, en gestión en común de medios y en nuevos dispositivos para controlar en tiempo real a los inmigrantes que temporalmente acceden a Europa o lo abandonan.
El vicepresidente Franco Frattini, promotor de estas iniciativas, las presentó ayer en Bruselas. A falta de propuestas legislativas concretas que vendrán más tarde, lo que la Comisión quiere es suscitar un amplio debate en las instituciones comunitarias y la sociedad, que le ayuden a escoger el camino a seguir.
Por lo pronto, organizaciones defensoras de los derechos humanos le han hecho ya llegar su preocupación por algunas de las ideas que alienta el Ejecutivo comunitario. En particular, por el proyecto de instaurar un registro informatizado de entradas y salidas de nacionales de terceros países con permisos muy cortos de estancia, que posibilitaría un conocimiento detallado de la situación personal de cualquier interpelado en la vía pública, sin margen posible de error.
Las actuaciones que la Comisión propone a los Estados miembros comprenden desde la adopción y generalización de las más modernas tecnologías para la detección de ilegales en alta mar, con el empleo incluso de satélites, hasta la multiplicación y potenciación de las acciones que puedan acometer a través de Frontex, la agencia de fronteras exteriores de la UE.
Detectar irregularidades
Pero la idea que más expectación ha despertado es la creación del nuevo registro para el control férreo de las idas y venidas de los inmigrantes, que utilizaría técnicas biométricas de identificación y al que estarían sometidos todos que llegaran a la UE para periodos breves de tiempo, de hasta tres meses. Para estancias de larga duración hay ya disposiciones específicas. El sistema recogería información sobre el momento y lugar de acceso del inmigrante al espacio comunitario y la duración autorizada de permanencia, y contaría con la capacidad para transmitir a las autoridades competentes de todos los Estados miembros cualquier irregularidad detectada.
Este sistema, que debería encontrarse operativo en 2015, se complementaría con procedimientos de lectura de las informaciones detalladas que los inmigrantes deberán incluir en sus visados, y que serán tratadas ya originalmente en los consulados de los socios de la UE en los que se formalicen las peticiones correspondientes.
La identificación biométrica no entrará en vigor hasta 2012, como pronto, debido a las dificultades técnicas que la operación entraña. Pero la Comisión, la Eurocámara y los Estados miembros han tomado las disposiciones necesarias para que sea una realidad.
Unas medidas que buscan solucionar el descontrol de los movimientos migratorios. La Comisión estima que en 2006 había más de ocho millones de inmigrantes ilegales en la UE. Ese año se detuvo a medio millón de personas que estaban en condiciones irregulares, y las cifras en años precedentes eran similares. No llegó a la mitad los que fueron repatriados de entre ellos. Y la mayoría de había rebasado el tiempo de estancia permitido por sus visas respectivas.