HISTÓRICO. Es el dibujante español con más proyección. / LA VOZ
CARLOS PACHECO DIBUJANTE DE CÓMICS

«Intento ser mis personajes y puede resultar esquizofrénico»

El dibujante de la Marvel, autor de historietas legendarias como 'Superman', 'Spiderman' o 'Los 4 Fantásticos' acude hoy a las Presencias Literarias de la UCA

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Sería un insulto a la inteligencia de los aficionados a las historietas explicarles quién es Carlos Pacheco (1962). Para los demás, basta decirles que es un tipo de San Roque que un día quiso dibujar cómics. Y consiguió un puesto estrella en la Marvel, que es a un dibujante lo que un puesto de pívot en los Lakers a un jugador de baloncesto. Su mano y su cerebro están detrás de las aventuras de Superman, Spiderman o Los 4 fantásticos. Ahora construye Arrowsmith y esta tarde comparecerá en las Presencias Literarias de la Universidad de Cádiz.

-¿Qué ha ocurrido después de que dejase Superman?

-Pues hago la segunda parte de Arrowsmith y una edición en la que están Batman, Superman y Wonderwoman.

-¿Por qué dejó Superman?

-Porque las películas se acaban. De todas maneras, yo soy dibujante con culo de mal asiento y para mí dos años en una historia ya es mucho. Uno de los defectos que tengo es que cuando trabajo en una historieta ya estoy pensando en la siguiente. Soy artísticamente infiel.

-Dicen que en Arrowsmith es donde usted es más usted.

-Desde luego, es el personaje que mas paranoias refleja de mí mismo. No tenía una vida anterior de otros como Spiderman, que han tenido un recorrido vital y han cargado con los mundos de otros artistas. Cuando tomas un personaje, lo que lleva de bueno o malo es esencialmente tuyo.

-¿Es un buen tipo?

-Es bastante gilipollas, tiene mucho que aprender y se las dan con queso.

-¿Y a usted?

-Bueno, digamos que estoy jugando a la ventriloquía con mis personajes.

-Ahora que está tan de moda el término, ¿es usted un freakie o un tipo normal?

-Lo último que quiero ser en esta vida es normal. El término se aplica a los que aman el rock o las historietas... No encuentro diferencias entre los que llevan una camiseta del Capitán América o una de Van Gogh. Se trata de gente a la que le gusta mostrar lo que les gusta con su ropa, sea Superman o Benetton. Claro, que prefiero a los que anuncian que son fan de Iron Maiden que a los que llevan jerseys de Benetton. Unos se sienten orgullosos de sus ideales, los otros de sus marcas.

-¿Suele aplicar el esquema de sus historietas para solucionar las cosas del mundo real o viceversa?

-Eso funciona en ambas direcciones. En el caso de los superhéroes, es un mundo ficticio en el que ocurren cosas irreales, pero ese mundo funciona de manera coherente. Hay que tomar la realidad y llevarla al mundo de la fantasía de manera que encaje en el mundo real del lector porque si no, no sirven las reglas del juego. Los elementos de fantasía están limitados. En Arrowsmith, que no es un superhéroe, hay que introducir elementos irreales sin que altere la realidad. Los personajes, sean reales o no, deben mantener una lógica.

-¿Cómo la busca?

-Utilizo el Método Stanislavski, intento ser ellos, pero ser varios al mismo tiempo me puede volver esquizofrénico.

-¿Actúa físicamente?

-Por supuesto. Existe el lenguaje corporal. Los dibujantes no somos artistas gráficos, sino contadores de historias. Cuando se crea un personaje hay que darle una manera de moverse, de mirar, de sentir. Spiderman no es un tipo de azul y rojo. En tu mente gestualizas, sientes, te mueves... Lo difícil no es dibujar, sino saber qué vas a dibujar.

-¿Qué hace siempre que dibuja?

-Tengo la tele encendida, aunque no la escucho. Es una ventana donde habla gente, se mueven, hacen cosas, una ventana abierta al mundo. También abro a veces Youtube y me bajo conciertos.

-Dice que encontró su camino cuando salió de San Roque a estudiar Biología en Sevilla, pero ahora no hay quien lo saque de San Roque...

-Es una buena base de operaciones. Estás en medio de ninguna parte y a un tiro de piedra de cualquier parte. Es un punto donde confluyen varios mundos. Salir del pueblo me abrió más posibilidades, no la mente. Eso ya estaba abierto. En un mundo de dedicatorias de Juanito Valderrama y comuniones, yo escuchaba a Jimmy Hendrix porque en una roca vivían unos ingleses. Quiero vivir aquí. Y no me voy a América hasta que no sirvan Cruzcampo.

apaolaza@lavozdigital.es