Un amplio despliegue de tropas de la ONU controla Timor tras el intento de golpe
Actualizado: Guardarn Timor Oriental, el pequeño y pobre país situado en el extremo oriental de Indonesia, se respira una tensa calma mientras su presidente, el premio Nobel de la Paz José Ramos Horta, se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Darwin, Australia. Los médicos intentan salvarle tras haber sido tiroteado el lunes por la mañana por un comando rebelde dirigido por Alfredo Reinado, quien hace dos años encabezó un violento motín militar que desestabilizó al Gobierno y murió en este último asalto. Debido a la gravedad de las heridas sufridas por Ramos Horta, que se encuentra en estado crítico bajo un coma inducido, el presidente en funciones, Vicente Gutterres, decretó el estado de emergencia durante dos días. «Nuestro país se encuentra ahora en una situación extraordinaria en la que el estado de emergencia nos traerá la normalidad», anunció por televisión. Por su parte, el primer ministro de Timor Oriental, Xanana Gusmao, quien salió ileso de otro ataque de los rebeldes el mismo día, conminó a los partidarios de Reinado a «permanecer en calma».