Inercia política
La realidad no se presenta a las elecciones y eso que es más consistente, más tenaz y más sincera, como expresión de sí misma, que los líderes que batallan en la campaña electoral. Estos líderes desean y pregonan una modificación de la realidad, pero nunca para abordarla antes de haber alcanzado o renovado el poder. Y así vemos como esta campaña del otoño político avanza hacia el 9-M sin que la realidad, vasca en esta ocasión, se mueva, a no ser zarandeada por su propia inercia. La inercia judicial y policial sigue funcionando en Euskadi al margen de las ofertas electorales de los dos partidos mayoritarios.
Actualizado:Mientras ayer prometía el PSOE aumentar en 15.000 personas la dotación de las fuerzas policiales, una vez contabilizadas las cifras de jubilaciones e ingresos, el Partodo Popular aseguraba que llegaría a las 30.000, doblando la promesa socialista. Y para garantizar la seguridad ciudadana, anunció Rajoy que iba a rebajar la edad penal para que pudiera responsabilizarse de delitos a menores de 18 años que ahora esquivan la aplicación rigurosa de la ley. Y va a agravar las penas, sobre todo en los delitos tipificados como pederastia, racismo, xenofobia y asalta a viviendas habitadas.
Ante el programa del Partido Popular, aseguraba el PSOE en boca del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba que Mariano Rajoy ha sido el peor ministro de la democracia, como demostraría la estadística, lo cual puede ser cierto pero de ningún modo lo descalifica para presidente del Gobierno. Y ahí van los dos grandes partidos camino de las urnas, mostrando el boceto de realidad que pretenden moldear, como si la realidad no ofreciera sus propias resistencias, como el barro cuando se seca o como el mármol cuando se rompe. Sobre todo en el País Vasco.
No se presenta a las elecciones un sector sociopolítico del País Vasco, y no por falta de voluntad sino porque la ley ha paralizado sus actividades. Ni ANV ni PCTV pueden concurrir a estas elecciones. La inercia judicial y policial, con previo impulso político obviamente, sofocó anteayer en Bilbao una manifestación del radicalismo abertzale filoetarra, que el juez Garzón había prohibido, mientras la inercia embravecida del ese radicalismo promovía en distintas zonas bilbaínas fuertes algaradas y algunos destrozos de mobiliario urbano. Detenciones por parte de la Ertzaintza.
Y hay más, y seguirá habiendo más en una realidad que no se deja moldear por el voluntarismo. Ayer desencadenó la Policía en el País Vasco y Navarra una operación para capturar a la nueva Mesa Nacional de Batasuna, lo que se saldó con 14 detenciones en Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra y Córdoba, entre las que destacan las de Carmelo Landa y Mikel Etxaburu, quien había convocado huelga general en Euskadi para el próximo jueves. La realidad de Euskadi está marcada por su propia inercia, y en este caso por las decisiones e impulsos políticos que operan sobre ella. Los policías y los jueces no se detienen en campaña electoral; si acaso se aceleran, como en esta ocasión, para alejar de las urnas a siglas que no parecen sentir cierta complacencia al menos con la violencia terrorista.