DESTAJO. Más de 50 trabajadores de tres administraciones ha trabajado de forma intensa para eliminar los residuos. / ÓSCAR CHAMORRO
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El vertido del 'New Flame' abre una crisis diplomática con Reino Unido

Exteriores llama a consultas a la embajadora británica y pide más colaboración La Junta exigirá responsabilidades a Gibraltar y a la propietaria del barco hundido

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El último vertido del 'New Flame' ya no ensucia las playas algecireñas, pero ha manchado las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. El incidente, previsible en vista de la falta de solución por parte del Gobierno de Gibraltar a un problema que hoy cumple seis meses, ha llevado al Ministerio de Exteriores a llamar consultas a la embajadora británica en Madrid, Denise Holt. No es probable que la cosa pase a mayores, pero Exteriores ha pedido a Londres que «actúe» para acabar con la amenaza. Mientras tanto, el Gobierno andaluz ha alzado la voz y asegura que presentará una denuncia ante la Unión Europea contra Gibraltar «por falta de diligencia» y que denunciará por lo civil al armador y a la aseguradora del barco para que paguen la limpieza de los vertidos.

La buena noticia es que es la Junta daba por finalizada a última hora de la tarde las tareas de limpieza de los restos de hidrocarburos que mancharon un kilómetro de la playa de la Concha y afectaron a las del Rinconcillo, Chinarral y Getares y que se han prolongado durante un día y medio. La Subdelegación del Gobierno de la Junta en el Campo de Gibraltar evaluó en unas 24 toneladas «de mezcla de hidrocarburos, arena y agua» el material retirado, y señaló que daba por desactivado el Plan Territorial de Emergencia. Se mantendrá una fase local de supervisión y un reten de vigilancia por si aparecen nuevos residuos.

Mientras concluía la limpieza, en Madrid la embajadora Holt se entrevistó por la tarde con el director general de Política Exterior para Europa, José Pons, quien le transmitió «la inquietud» del Ejecutivo por lo sucedido y pidió a Londres que «actúe», en tanto que metrópoli, para acabar con la amenaza que representa el New Flame'. Sin perjuicio de las responsabilidades públicas y políticas de Londres y el Peñón, el primer culpable del vertido es la empresa dueña del barco, de bandera panameña, subrayó la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

El ejecutivo de Peter Caruana se comprometió a asumir sus responsabilidades en el control y eliminación del vertido, según la versión ofrecida por la ministra, pero todavía ayer el Gobierno gibraltareño ponía en duda que el fuel -«un pequeño derrame» dijeron desde la Roca- procediera del pecio hundido. El operativo de vigilancia y limpieza que concluyó las tareas lo compusieron efectivos de Medio Ambiente, de la Junta y del Ayuntamiento de Algeciras. Y el Gobierno autonómico, en boca de sus consejeras de Gobernación, Evangelina Naranjo, y Medio Ambiente, Fuensanta Coves, replicaba que cuenta con «pruebas» de que la mancha de fuel y el chapapote recogido procede del buque.

Ambas consejeras visitaron ayer la zona de los vertidos y anunciaron actuaciones legales contra Gibraltar en el seno de la Unión Europea y contra el armador del buque para recuperar el coste derivado de la limpieza de las playas de la zona. Coves aseguró que no puede haber «diferentes varas de medir» a la hora de cumplir las directivas europeas de medio ambiente.

Por su parte, los ecologistas recordaron que el vertido era algo cantado. A pesar de los avisos, de la falta de estabilidad del barco encallado, sostenido «por un remolcador insuficiente» en situaciones de mala mar, «las autoridades gibraltareñas no han hecho absolutamente nada», recalcaron desde WWF/Adena. La organización denunció la situación de «indefensión» que vive la Bahía y reclamó un plan de actuación urgente que declare la zona como Área Marítima Sensible por la Organización Marítima Internacional.

mabardera@lavozdigital.es