Descubren que las células madre adultas sirven contra lesiones traumatológicas
«A medio plazo, las células madre (CM) van a ser capaces de solucionar muchísimas patologías, pero hoy todavía no». Lo recalca el traumatólogo Pedro Luis Ripoll, premiado junto a Mariano de Prado y Javier Vaquero por su trabajo con CM adultas en articulaciones, una técnica que ha demostrado su eficacia terapéutica en tres usos concretos: necrosis ósea, seudoartrosis y defectos del cartílago. Pero de momento, advierte, sólo en esos tres supuestos. «Somos contrarios al uso indiscriminado de células madre, que no mejoran cualquier proceso», remacha.
Actualizado:Con el aval del Premio Fundación Mapfre al Desarrollo de la Traumatología Aplicada, el experto de la Fundación murciana AMICAL (Asociación Médica para la Investigación de las Ciencias del Aparato Locomotor) insiste en que «queremos crear un clima de rigor y sensatez para no levantar falsas expectativas en los enfermos». Las células madre son ya una realidad terapéutica en su especialidad, donde su uso tiene «mucha aplicación social, porque la necrosis está muy extendida, y aún más los defectos del cartílago». Pero su «papel es todavía pequeño», aunque «irá aumentando».
El tratamiento con células madre adultas (CMA) se aplicó a un centenar de pacientes con problemas de articulaciones de cadera, rodilla y hombro, así como defectos del cartílago y seudoartrosis, nombre que identifica al retraso en la consolidación de fracturas.
Si este tipo de cirugía plantea tres etapas -resección o extirpación, reconstrucción y reemplazos o prótesis-, esto iniciaría «una cuarta, la época de la regeneración de las articulaciones ahora sustituidas».
Detección precoz
La red sanitaria pública española tiene ya capacidad de aplicar el tratamiento con células madres adultas (su eficacia hace innecesario emplear las embrionarias y ahorra posibles debates éticos) «para solucionar esos tres problemas». Paralelamente, se sigue «investigando para ampliar sus usos. Pero no se puede aplicar a cualquier patología».
El método es «seguro y efectivo» cuando se diagnostica pronto. Y así lo demuestran, no sólo los 100 casos de su investigación a lo largo de dos años, sino también la literatura científica internacional, que muestra series de mil caderas tratadas con hasta siete años de evolución. Los datos de eficacia son rotundos a la hora de frenar el desarrollo de la patología, ya que el progreso a enfermedad fue mucho menor.