Horas de paz en los aledaños del 'botellódromo'
Satisfacción en la decena de vecinos de Jerez Norte que salieron a la calle para comprobar la aplicación de las nuevas medidas de seguridad para la zona de ocio
Actualizado:El pasado fin de semana fue uno de los más tranquilos que los vecinos de Jerez Norte y buena parte del área de Chapín recuerdan. Y es que desde que hace más de un año se instalara junto a sus casas el botellódromo, las noches de los viernes y sábados eran para ellos un auténtico calvario. Al ruido ensordecedor que hacía imposible conciliar el sueño, los hedores, cristales rotos y basura acumulada había que añadir destrozos en los vehículos estacionados en las calles adyacentes a la urbanización Jerez Norte. Una situación que puso al límite a los vecinos y que ha obligado al Ayuntamiento a tomar medidas contundentes.
El nuevo dispositivo de seguridad que anunció el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Manuel García Bermúdez, se puso en marcha el pasado viernes. Un acontecimiento que los vecinos quisieron comprobar con sus propios ojos. Durante aproximadamente hora y media un grupo de diez residentes en Jerez Norte, acompañado del presidente de la asociación de vecinos de Chapín, Ángel Magro, deambularon por las calles cortadas al tráfico por los agentes de la Policía Local y volvieron a ser testigos de como el área destinada para beber en Miguel de Unamuno (totalmente iluminada, con bancos y cercada) se volvía a quedar vacía.
La mayoría de los jóvenes se agolpaban junto a sus coches discotecas fuera del espacio delimitado para el botellódromo. En una explanada sin luz ni ningún tipo de infraestructura «se puede ver perfectamente cómo algunos vehículos conducen de forma temeraria», como indicaba una de las vecinas que formaba parte del grupo, sin obviar que eran muchos los jóvenes que circulaban sin casco en sus ciclomotores.
«Los agentes de la Policía están ubicados en cuatro puntos concretos de las zonas anexas al espacio de ocio y de allí no se mueven, no estaría nada mal que los jóvenes los vieran de vez en cuando», matizaba otro de los residentes que durante meses ha padecido el fenómeno de la movida.
A lo largo del paseo, los vecinos reconocieron estar «satisfechos con los resultados del dispositivo», aunque insistieron hasta la saciedad en que «tendremos que esperar algún tiempo para ver si esta situación es definitiva o sólo puntual como ha ocurrido en otras ocasiones», como subrayó, a LA VOZ, Ángel Magro. Además, «este fin de semana han ido menos jóvenes a la zona de ocio, ya que los carnavales y el frío han reducido la afluencia de chavales», aseveraron desde el colectivo.
De 23.30 horas a cuatro de la madrugada se asentaron las patrullas de la Policía en los aledaños de Jerez Norte y a pesar de ello el murmullo de los grupos de jóvenes y la música de algún vehículo podía apreciarse desde la urbanización. «Desde el Ayuntamiento nos dicen que estamos a 300 metros del botellódromo y que no se oye nada en nuestras viviendas. Muchos hemos tenido que poner doble ventana en los pisos y seguimos escuchando ruido», se lamentan los residentes.
Mientras que los afectados por el fenómeno de la movida se despiden tras la ronda, una patrulla corta el paso a un grupo de jóvenes que pretendía acceder al espacio de ocio por la calles cortadas.
braguilar@lavozdigital.es