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«Lo importante es el daño moral»
Detrás de cada afectado por el retraso en la entrega de viviendas se esconde una historia por contar
Actualizado: GuardarLourdes Figueroa y su marido componen una de las más de 300 familias que se han visto afectadas por el retraso en la entrega de los pisos de Parque Europa. La agonía lleva prolongándose más de un año y medio, y durante todo ese tiempo son muchas las historias que se han visto marcadas de una u otra forma por esta situación. En el caso de Lourdes, la eterna espera ha coincidido con su primer aniversario de bodas y el nacimiento de su hijo, en medio de todo un caos organizativo, de estrechez económica y, sobre todo, de quebraderos de cabeza.
«Yo me casé en 2005 y mi pareja y yo alquilamos un piso, pensando que en julio de 2006 nos iban a entregar el nuestro, como habíamos firmado. Me quedé embarazada y empezamos a ver cómo el plazo de entrega se postergaba una y otra vez». El resultado es que esta afectada tuvo que continuar toda la gestación en un piso de alquiler, en unas condiciones que no eran precisamente las más adecuadas.
«Nosotros no buscamos otra casa porque siempre nos decían que quedaba poco para que nos dieran la nuestra, así que me tiré todo el embarazo en un quinto piso pequeño, sin ascensor y sin aire acondicionado. Como pagábamos la letra y el alquiler, tampoco nos podíamos permitir mucho más», explica.
Cuando Lourdes y su marido fueron conscientes de que la espera podría prolongarse indefinidamente, decidieron buscar otra vivienda de alquiler que reuniera mejores requisitos. «Era verano y a mí me quedaban 20 días para parir. Como él estaba trabajando, me recorrí en mi coche todo Jerez en busca de un piso. Entonces tuve a mi hijo, y al poco tiempo tuvimos que afrontar otra mudanza», relata.
Ahora se encuentran los tres en una vivienda que se ajusta a sus necesidades, aunque también más cara, pero ella recuerda con inquietud todo lo que han pasado, y lamenta la incertidumbre que a día de hoy continúan padeciendo. «Hemos perdido ya 6.000 euros a cuenta del alquiler, pero no es cuestión de dinero, lo que más me importan son los daños morales. Me he pasado un embarazo subiendo y bajando escaleras, con la incertidumbre de no saber una semana antes dónde iba a vivir, y teniendo que hacer una mudanza recién parida».
Según Lourdes, la última fecha de entrega que les han asegurado a los damnificados es el próximo mes de marzo, aunque sólo para el edificio París, pues el de Roma ni siquiera está terminado. A pesar de que el escepticismo es alto, ahora han depositado sus esperanzas en la asociación de afectados que han creado y mediante la que llevarán el problema ante los tribunales. «Lo que vamos a pedir son daños y perjuicios. Primero queremos que nos entreguen las llaves y luego que respondan por los daños morales y por la cuantía de los alquileres, que sean conscientes del daño que han hecho». La pesadilla no terminará ahí, no obstante, ya que los perjudicados aseguran que los edificios cuentan con numerosas deficiencias que, además, tendrán que ser subsanadas por la constructora. «Ahora habrá que ver cuánto tiempo tardan en arreglarlo, hay muchos problemas derivados de esta historia, además de la angustia que hemos y que estamos pasando».
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