RESPONSABILIDAD. Un joven recoge los excrementos que ha dejado su perro.
PUERTO REAL

Multar para poder convivir

El Ayuntamiento se plantea aplicar las ordenanzas y sancionar a los dueños de los perros que dejen sucia la calle

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Los políticos han abierto el debate en el pasado Pleno sobre si habilitar espacios para que los perros defequen o por otro lado endurecer la normativa para erradicar la huella que dejan los animales en cada calle, parque y acera.

Los ediles andalucistas propusieron el pasado jueves la retirada del cerramiento canino que el Ayuntamiento colocó hace ocho meses en los jardines de El Porvenir. La oposición alegaba insalubridad y riesgo de contagio de enfermedades a los niños que juegan en el parque infantil cercano.

Muchos de los grupos intentaron dar solución a los problemas de suciedad que causan las mascotas. Los populares exigieron más limpieza y la puesta en funcionamiento de espacios para animales en más parques. Los andalucistas proponían la instalación de expendedores de bolsas para que los propietarios recogiesen los excrementos.

Finalmente la oposición pinchó en hueso y el equipo de Gobierno reflexionó sobre la necesidad de gastar dinero público ante la falta de civismo de muchos de los dueños de mascotas. El portavoz de IU, Antonio Noria, afirmó que «desde este momento vamos a aplicar las ordenanzas y sancionar a los propietarios que no respeten a los demás ciudadanos». La oposición, en mayoría, votó a favor de retirar el espacio para perros de El Porvenir.

El problema es visible en parques y aceras. Los vecinos que sufren esta falta de respeto y convivencia no dudan en criticar a los propietarios de las mascotas como responsables de los malos olores. Los comerciantes de la plaza de la Iglesia han llegado a pedir al Ayuntamiento una limpieza a fondo por la acumulación de heces en los jardines.

No son pocos los que apoyan la imposición de sanciones a los que dejen sucia las calles. Jorge Martín explica que «es sólo cuestión de convivencia y consideración con el resto de viandantes, y a los que no quieran convivir hay que imponerles multas ejemplarizantes».