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Un fuego sin humo
Una llamada alerta sobre un falso incendio en el almacén de las carrozas de Carnaval y moviliza a cuatro dotaciones de Bomberos y Policía Nacional
Actualizado: GuardarLa quema de un montón de palés de madera en el interior de una enorme nave industrial del polígono de Zona Franca por parte de un trabajador estuvo a punto de convertirse en el gran suceso de la semana de Carnaval.
Cuatro unidades del Cuerpo de Bomberos de Cádiz, con nueve agentes de extinción de incendios en su interior, llegaban al almacén, propiedad de la empresa constructora y promotora Islagras, sobre las 12.30 horas. Les acompañaban al menos dos patrullas de la Policía Nacional, según recordaban los Bomberos involucrados en la operación.
En la calle Algeciras, donde se sitúa la nave, se encontraron con otra pareja de agentes de la Policía Local. Las sirenas de emergencia de este dispositivo inundaron por unos minutos toda La Avenida, una de las grandes arterias de la capital. Todo por una hoguera que apenas levantaba un metro del suelo.
El encargado del mantenimiento del almacén de la constructora, que tiene su sede en la localidad de San Fernando, estaba patidifuso. El hombre, con los ojos como platos, respondió a las preguntas sobre lo sucedido: «He quemado cuatro palés y se ha llenado esto de bomberos».
Una cadena de errores que empezaba con la llamada de un trabajador de una nave colindante, en la calle Gibraltar, a los servicios de emergencia, que hizo el resto. «En algún momento alguien nombró el almacén donde se guardan las carrozas de Carnaval de Cádiz, en la calle Chiclana, y se armó el caos», explicó uno de los agentes, frente a la nave del fuego.
Entre los artilugios y materiales que se usan para construir todos los adornos y muñecos que desfilan por la ciudad durante la festividad de Carnaval hay buena parte de sustancias inflamables, y productos explosivos.
El temor a que el supuesto incendio desembocara en un suceso de mayor gravedad fue lo que causó el gran despliegue de bomberos y policías, según explicaban estos agentes.
El montón de madera que acumuló el trabajador en una de las esquinas de la nave, de unos 1.500 metros de longitud de pared a pared, dibujaba un círculo de escasos metro y medio de diámetro. El olor a madera quemada, con mezcla de pintura, según reconoció el autor de la chasca, se coló en una fábrica que comparte pared con el local de Islagras.
«El empleado que vio entrar el humo creyó que la nave ardía y entonces llamó a los servicios de emergencia», explicó horas más tarde. Pasada la confusión, una fuente presencial. «Y los nervios hicieron que alguien tropezara para dar las indicaciones», sigue.
Perdidos en el polígono
Los cuatro vehículos con los nueve bomberos a bordo, y con las sirenas encendidas, recorrieron las callejuelas de Zona Franca, flanqueados por las dos patrullas de la Policía Nacional.Y así las callejuelas plagadas de fábricas y chimeneas humeantes se convirtieron en una especie de de juego del laberinto. El dispositivo no acertaba a encontrar «el terrible incendio» que se había dado.
«Primero llegamos el lugar donde se guardan las carrozas, y allí no había nada. Seguimos entonces por la calle Algeciras. Pero, claro, no veíamos, restos del incendio», explican las mismas fuentes.
El incendio se quedó en una simple chasca. Y el susto, en un pequeño incidente.