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APOYO. Jesús y Loli pasan por una situación difícil. / FRANCIS JIMÉNEZ
Sanlúcar

Los padres del niño que no está escolarizado esperan aún la visita del equipo de evaluadores

La valoración de Educación se tendrá en cuenta en el procedimiento penal que tienen abierto por abandono

ROCÍO HEREDIA
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Jesús y Loli, los padres del niño de Sanlúcar que a sus diez años nunca ha sido escolarizado, están aún a la espera de que un equipo de profesionales de la Delegación Provincial de Educación acuda a su casa para evaluar al niño. Este informe será realizado a requerimiento del juzgado de instrucción de la localidad que tiene abierto un procedimiento penal contra los padres por un supuesto delito de abandono.

A la luz de las pruebas, el juez deberá decidir si autoriza al menor a seguir formándose desde casa o si, por el contrario, debe matricularse en el colegio de su localidad donde tiene reservada una plaza.

El caso de este menor fue denunciado en octubre como un problema de absentismo escolar por la Policía Local de Sanlúcar, que lo remitió a los servicios sociales del Ayuntamiento. Una empleada de este departamento citó a Loli y a Jesús para verificar que el niño no estaba matriculado en ningún colegio y levantó un acta de absentismo que fue enviada a la Delegación de Igualdad y Bienestar Social y a la Fiscalía de Menores.

El pasado 15 de enero los padres mantuvieron una entrevista con técnicos de Bienestar Social, que les informaron de que un equipo de orientación educativa debería visitarles para valorar tanto el ambiente en el que el niño desarrolla su aprendizaje como su nivel de conocimientos. Sin embargo, días más tarde recibieron una llamada de Educación en la que se les explicaba que la evaluación tendría que hacerse en Cádiz. Los padres se negaron a este cambio de ubicación, porque consideran que para valorar la formación de su hijo es necesario conocer in situ cómo es su lugar de estudio y los materiales que utiliza.

Finalmente, según el relato de la madre, la técnico que la atendió accedió a visitarlos en su casa de Sanlúcar y los citó para el miércoles 30 de enero. Pero el encuentro se suspendió en el último momento y aún están a la espera de que los vuelvan a llamar. «Estoy indignada, porque deberían mirar por el bien del niño y no lo hacen», reconoció Loli, que asegura que junto a su marido está atravesando una situación «muy difícil».

Lo único que piden es poder dar al pequeño la educación que han elegido para él. «Yo he querido asumir la responsabilidad total de la educación de mi hijo, quitándome de horas de ocio y de lo que sea. ¿Por qué tienen que hacerme sufrir tanto? Llevamos cinco meses de auténtica pesadilla», lamentó. Según la madre el niño «tiene mucha disposición para aprender y hace muchas cosas», como cuidar a los animales o cultivar su propio huerto ecológico en la casa de campo donde vive.

El matrimonio pertenece a la Asociación para la Libre Educación (ALE), que reclama desde hace años un cambio en la legislación española para regular el derecho de los padres a elegir si quieren escolarizar a sus hijos o prefieren para ellos un tipo de educación alternativa. Esta opción tiene cada más más seguidores y se calcula que en España son 2.000 las familias que enseñan a sus hijos en casa.