Velo levantado

a puerta de las facultades turcas se abrirá al pañuelo islámico si finalmente se ratifica mañana una enmienda constitucional aprobada por el Parlamento que levanta una prohibición vigente desde hace casi veinte años, exacerbando las diferencias entre los partidarios del conservadurismo islamista y los del republicanismo laico. La libertad religiosa y el acceso pleno a la educación constituyen dos prerrogativas esenciales a los que muchas turcas han renunciado porque no se les permitía cubrirse en los centros universitarios. Pero ese sentimiento de vulneración en las más íntimas creencias debe confrontarse críticamente con el recorte de todo derecho que puede suponer la utilización del velo como un símbolo para tratar de perpetuar la sumisión de la mujer. Las autoridades europeas no deberían obviar los impedimentos que puede comportar la reislamización del país.