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ALEGRÍA. Obama besa a su esposa. / EFE
MUNDO

Los dos aspirantes demócratas miran de reojo el calendario y hacen cuentas

Hillary y Obama se preparan ya para las citas inmediatas, a la espera de los premios gordos de Texas y Ohio

M. GALLEGO
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Pasó la madre de todas las batallas, esa en la que por primera vez en la historia entraban en juego veinticuatro estados para que un candidato diera jaque al otro, pero nadie lo logró. ¿Y ahora? A lo largo de febrero, empezando este sábado, habrá tres oportunidades de seguir sumando delegados, pero sin ningún premio gordo hasta el 4 de marzo, cuando Texas y Ohio, junto con los estados menores de Rhode Island y Vermont, tengan su oportunidad. ¿Y si todavía no hay un ganador, habría que seguir hasta la convención de agosto en Denver? «Un mes es una eternidad en política», clamó ayer Barack Obama ante la prensa. «Hace apenas un mes de Iowa, y mira todo lo que ha pasado desde entonces. Nadie pensaba que pudiéramos llegar tan lejos». El candidato afroamericano cree que el tiempo juega a su favor. Cuanto más dure la contienda, más oportunidades tendrá de darse a conocer entre los votantes. Hillary Clinton es la mujer más admirada de Estados Unidos, por delante incluso de la diva de televisión Oprah Winfrey, según la revista Forbes. Fue una de las primeras damas más activas y polémicas del país, estuvo ocho años en la Casa Blanca, cumple su segundo mandato como senadora, y no hay un alma en EE UU que no sepa quién es. Obama todavía tiene que explicar a la gente que no es musulmán, y hay muchos que no logran pronunciar su nombre.

'Katrina'

Entre los pequeños estados que se avecinan, el senador de Illinois espera apuntarse victorias entre los del sur que votan el sábado: Louisiana, donde la debacle del Katrina y la amplia población de color le colocan como favorito. Además de Nebraska, que puede seguir el patrón de la América profunda que le votó el martes. O el estado de Washington, fronterizo con Canadá. E incluso las islas Vírgenes, donde hasta ayer era el primero y único candidato que ha puesto anuncios. El domingo los demócratas de Maine celebrarán caucus, un formato que le ha ido bastante bien a Obama. El martes, será el turno de Washington D. C., con mayoría afroamericana, Maryland y Virginia, estados donde lleva ventaja en las encuestas. Y el día 19 le tocará a Hawai, hogar de su infancia, junto con Wisconsin. Pero la ex primera dama confía en los premios gordos de Ohio y Texas. No sólo tiene ventaja en las encuestas celebradas en esos estados, sino que en Texas volverá a contar con el apoyo abrumador de los hispanos, que todavía no le han fallado. Allí hizo sus pinitos políticos Hillary Clinton hace 35 años, cuando ayudaba a los hispanos a registrarse para votar, junto con el líder laboral César Chávez, que es un mito entre esta población.

Debates

Clinton quiere que hasta entonces haya un debate de televisión cada semana. Obama dice que prefiere emplear ese tiempo en dar mítines para que le conozca la gente. Su estrategia de la política del menudeo le pagó dividendos en los estados tempranos, y no piensa cambiar ahora. Después del 4 de marzo todavía habrá algunas oportunidades de recoger suculentos premios, como Pensilvania (22 de abril) y Carolina del Norte e Indiana (6 de mayo). Si para entonces no hay nada resuelto habrá que prepararse para una batalla fratricida dentro del partido durante la convención que se celebrará a finales de agosto en Denver (Colorado).