Juan, todo mal
Me faltó tiempo para aventurarme a decir que la llegada de Juan Morales era lo mejor para el Xerez. Lo hice pues, Joaquín grita a los cuatro vientos que se quiere marchar, pero ahora, tres semanas después, el tiempo me ha quitado la razón. Entre otras cosas, porque Juan Morales lo ha hecho todo prácticamente mal.
Actualizado:Su campechana llegada fue con con el pie izquierdo. Y realmente creo que el hombre no lo hace por maldad, sino más bien por desconocimiento, por ignorancia, por inocencia... al fin y al cabo, mal. Salió de su pueblo, y Jerez le parecía Hollywood. Conclusión a la que se llega con sus propias palabras: «He estado en bares tomando cerveza, he estado mmm pues en todos sitios, comiendo en restaurantes, en hoteles y a raíz de esto me conocían y me preguntaban» -¿Qué locura!-.
De pronto, de atender a todos los medios, de coger siempre el teléfono, pasó a desaparecer del mapa. Pero como él mismo dice, el hombre no estaba para estos trotes. «No estoy acostumbrado a que me suene el teléfono a la una y media de la noche, pero entiendo que los profesionales estéis ganando el pan honradamente, pero yo no estoy acostumbrado a estas cosas. Yo vivo tranquilo en mi pueblo, pero se ve que esto es así».
Pues sí, Juan eso es así. Además, y te irás dando cuenta, cuando uno siembra vientos, recoge tempestades, y aunque tú pareces haber pecado de no saber muy bien lo que haces, tengo el pálpito de que no has hechos tantos amigos en Jerez como los que te parecen.