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EN LA UCA. José Ruiz Navarro da clases en la Facultad gaditana de Empresariales. / NURIA REINA
JOSÉ RUIZ NAVARRO CATEDRÁTICO DE ORGANIZACIÓN DE EMPRESAS

«Hay que echarle imaginación a la economía y no sólo al Carnaval»

«La provincia sólo reducirá el número de parados si amplía el de empresas» «No es un problema de recibir más dinero, porque Cádiz ya ha recibido mucho»

ÁLEX MEDINA R.
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No hace tanto tiempo, el empresario de éxito era el listo del pueblo, el que se había aprovechado de cierta oportunidad para hacerse de oro. «Siempre fue muy listo», decían de él en la plaza mayor con un poco de nostalgia y un mucho de envidia. Ya no basta con eso. Sobre todo, en una provincia como la de Cádiz, donde el déficit de emprendedores se entiende como una de las grandes razones de las elevadas cifras de paro. José Ruiz Navarro, catedrático de la Universidad de Cádiz y director de la recientemente constituida cátedra de creación de empresas, cree que ser muy listo está muy bien, pero en el mundo actual también hay que estar bien formado. Porque no es lo mismo empezar de cero que nacer sabiendo.

-¿Y ese conocimiento será suficiente para sacar a Cádiz de las peores listas económicas?

-La razón última del desarrollo económico es la confianza de la gente. Sólo hay que ver las noticias de estos días. Y lo que falta muchas veces en Cádiz es precisamente eso, confianza e intenciones emprendedoras. Creo que el desarrollo y el futuro de esta tierra no pasa por que venga mucho más dinero. Aquí ha venido dinero y no siempre se ha aprovechado con eficacia. La clave no es sólo tener acceso a los recursos, sino simple y llanamente que las personas se pongan a hacer lo que saben. Que pongan las antenas y se den cuenta de que el mundo está cambiando, que la historia de Cádiz ha pasado por momentos brillantes cuando hemos mirado hacia fuera, cuando no nos miramos el ombligo.

-Es decir, que la Universidad debe estar más cerca de la empresa.

-La Universidad debe jugar ahora un papel de liderazgo claro, junto con los agentes sociales y las asociaciones empresariales. Yo llevo en el mundo docente 14 años pero estuve también en el plan de reindustrialización de los años 80 en la Bahía, he trabajado en Estados Unidos y no me es ajeno el mundo de la empresa. Por lo que creo que, o trabajamos juntos y conseguimos que haya una auténtica cultura empresarial en la zona, o no conseguiremos nada. Si tenemos que esperar que vengan de fuera para quitarnos de encima la patata caliente no haremos nada. Tenemos que trabajar nosotros y creernos que somos capaces de hacerlo.

-¿Eso quiere decir que el problema de la economía de Cádiz tiene más que ver con las ganas?

-Aquí el auténtico problema es que hay un déficit de empresarios. Tenemos más paro porque faltan empresas. Y no porque no haya recursos, sino porque tradicionalmente el tejido económico de Cádiz ha dependido de la Administración o de la empresa pública. El ciudadano debe darse cuenta de que hay que coger la bandera de emprender, de desarrollar sus ideas y de echarle imaginación a la economía y no sólo al Carnaval. Tenemos los recursos, la posición geográfica, la población... ¿Por qué no vamos a salir adelante? Hacen falta más y mejores empresarios.

-¿Y esos mejores empresarios nacen de la Universidad?

- Si nos creemos el dato de que aproximadamente el 5% de los universitarios andaluces piensan crear una empresa, hablamos de unas 1.000 personas en Cádiz que deberían ser potenciales empresarios cada año. A esas personas tenemos que ponerlas entre algodones para que realmente generen empresas potentes y con un recorrido importante. Porque una empresa que viene de fuera y se instala aquí puede crear empleo a corto plazo, como ocurrió en un primer momento con Delphi. Y es verdad que han creado riqueza durante 25 años, pero son empresas que no tienen aquí sus raíces y eso se termina notando a la larga.

-Hablando de Delphi y sus consecuencias, ¿cómo puede influir el Plan de Competitividad de la Bahía en ese nuevo escenario?

-El plan Bahía va a crear unas infraestructuras muy potentes, con lo que las constructoras e industrias tradicionales se van a aprovechar del tirón. Pero luego hay que llenar esas infraestructuras, y ahí es donde está el verdadero reto, cómo darle contenido al ladrillo y las carreteras que se van a poner. Cómo atraer empresas y, sobre todo, que surjan empresas del propio tejido gaditano. La esperanza futura de Cádiz está ahí: si no hay gaditanos y gaditanas que sean capaces de emprender habremos puesto el pastel para que se lo coman otros.

-Y más allá de este plan, ¿dónde están las oportunidades?

-El semillero más importante de oportunidades es la cultura de esta tierra. Hay muchísimas cosas que se pueden hacer, aprovechando la cultura, la imaginación, el esfuerzo y copiando bien lo que hacen fuera. No tenemos que inventar la rueda tampoco.

-Sin embargo, Cádiz capital tiene un problema de perspectivas en su crecimiento por sus limitaciones físicas y geográficas.

-Cádiz pierde peso en la población y esto supone una hipoteca al perder a su gente más preparada. Por eso tiene que pensar en conjunto y recordar que forma parte de una Bahía. La capital tiene cosas que no tiene el resto y el resto cosas que no tiene la capital. El futuro de Cádiz pasa por un proyecto de área metropolitana y los regidores municipales de la Bahía deberían tener la generosidad y la inteligencia de pensar en Bahía de Cádiz y no sólo en sus ciudades. Si no hay una idea común de área metropolitana nunca se solucionarán los problemas como el paro. En todo caso, la solución futura no es a corto plazo.