La Francia de siempre

Diez años después, ahí están. Patrick Vieira y Lilian Thuram, dos portentos físicos y extremos cuidadores de su cuerpo, siguen dando la matraca con la camiseta de Francia. Les acompaña Claude Makelele, otro veterano (35 años) reenganchado tarde a la mejor generación francesa (al menos, en títulos) pero que todavía tiene bastante fútbol en las piernas.

Y es que la vieja guardia se niega a dejarlo de una vez. Se marcharon cuando Zinedine Zidane lo hizo, como si fueran acólitos de un profeta. Cuando el genio de Marsella volvió para encarnarse en el gallo francés y llevarlo a la final de un Mundial, sus guardaespaldas le secundaron para no dejarle solo. Pero con la marcha del ex madridista, sus chicos se quedaron y ahora lideran una selección que navega entre dos generaciones.

Domenech no quiere que el cambio sea muy brusco y por eso aguanta con los veteranos y por dar minutos a los más jóvenes. En la portería, Gregory Coupet ha conseguido la titularidad tras años a la sombra de Barthez. La línea defensiva está formada por futbolistas con larga experiencia como Sagnol, los barcelonistas Thuram y Abidal y Gallas. El centro del campo es para los otros dos veteranos, mientras las bandas están ocupadas por Malouda y Govou.

En la delantera, Thierry Henry está acompañado por Nicolas Anelka, que ha vuelto al fútbol. Su espectacular paso por el Bolton le ha llevado hasta el Chelsea, tras pagar unos 21 millones de euros.

El banquillo estará ocupado por la nueva generación, salvo François Clerc, un lateral discreto de la factoría lionesa. Lassana Diarra (Portsmouth) es el heredero natural de Vieira, mientras que Jérémy Toulalan está llamado a ocupar el lugar de Makelele. Pero las verdaderas joyas de la corona están en la delantera. Harem Ben Arfa y Karim Benzema son el futuro de les bleus, el relevo para la temible pareja Trezeguet-Henry.