CHARLETAS GADITANAS

Una final de los cincuenta

Me preguntaba días pasados un joven amigo que cómo eran los antiguos carnavales de la década de los cincuenta, cuando se autorizaron con el nombre de las Fiestas Típicas Gaditanas, pero todavía se hacían en febrero.

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La final del Falla, al igual que hoy, comenzaba a las nueve de la noche, por supuesto sin televisión, nada más que con la radio. La duración era casi la misma ya que aunque no se perdía tanto tiempo en los montajes, por el contrario se hacía repetir a las agrupaciones hasta casi agotar sus repertorios. Existía la reventa, igual que hoy. También había recomendaciones oficiales para conseguir alguna entrada. Los palcos, por supuesto, casi no se ponían a la venta, igual que hoy. Existían personajes que entraban en el teatro, que no sabían cómo, igual que hoy. Lo que sí había en diferencia con hoy era que se entraba comidas y otras viandas en el teatro, y hasta en algunos palcos había cajas de vino.

Lo que sí hoy, a mi entender, sobra política entre las agrupaciones y las asociaciones. Se canta mucho a cosas con temas muy profundos, que muchos no entienden. Los tipos están muy rebuscados y veo mucha profesionalidad en algunas agrupaciones. La verdadera chispa del gaditano siempre fue el decir las cosas sin decirlas. Esa gracia innata en esas críticas de cosas ocurridas durante el año. Hoy es raro la agrupación que no lleva una copla dedicada a otro autor, unas veces para ensalzarlo y otras para criticarlo. Y quiérase o no, al igual que antes, todavía se ve un cierto tufillo a predilección por alguno.

Hoy sobra la política entre los grupos y pienso que con la libertad que hoy disfrutamos se podría hacer un carnaval como el que nos contaron en sus tiempos nuestros mayores