Estrellas de cine y televisión acuden en apoyo de Obama para impulsarle en el 'Supermartes'
El aspirante afroamericano alcanza a Hillary en California, según las encuestas, e incluso logra el respaldo de la mujer de Schwarzenegger
Actualizado: GuardarJohn McCain se habrá llevado a 'Terminator', pero Barack Obama le ha quitado la chica a esa máquina de matar. Maria Shriver, esposa de Arnold Schwarzenegger, sobrina del ex presidente John F. Kennedy, primera dama de California y presentadora de televisión, no necesariamente por ese orden, es una de las estrellas que en esta recta final ha sucumbido al impulso de hacer pública su pasión por Obama, con la esperanza de inclinar la balanza del 'Supermartes'.
«Esta mañana (por ayer) estaba con mi hija en una feria de caballos, por eso he aparecido con estos pelos, sin maquillaje, ni nada, y le dije: me parece que yo debería estar en la Universidad de California (donde Caroline Kennedy, Oprah Winfrey y Michelle Obama daban un mitin). Ella me dijo: 'Mami, si crees que puedes ayudar en algo, si crees que puedes cambiar aunque sea una sola persona, debes ir'».
Y allí estaba. Llegó casi al final del acto, con pintas de andar por casa, pero con los ojos brillantes de emoción y el rostro iluminado por la pasión irrefrenable que desata Obama entre los demócratas, ansiosos de creer que puede haber un futuro mejor que el gobierno desalmado que George W. Bush ha mostrado al mundo.
«¿Es brillante!»
A Shriver se le unió en el escenario otro espontáneo, Stevie Wonder, el único hombre de aquel acto en el que Oprah Winfrey le cantó las cuarenta a los críticos: «Dicen que apoyo a Obama porque es negro, ¿No me menospreciéis, no soy tan necia! Nunca votaría a alguien por su género o por su raza. Voy a votar por Obama no porque sea negro, sino porque es brillante!».
Si Obama fuera un estado, Maria Shriver dice que sería California. Y el estado más poblado, donde hace sólo una semana Hillary le sacaba 17 puntos de ventaja, según la encuesta de 'Los Angeles Times' y la CNN, llega a las urnas en empate técnico.
Otros sondeos, como el de Zogby, incluso da una ligera ventaja a Obama, por 46% a 40%. Ese estado es el gran premio del 'Supermartes', con 370 delegados en juego -el primero que alcance 2.025 se erige en candidato demócrata-. El siguiente premio gordo del día en el que votan 22 estados y se asignan cerca de 1.700 delegados es Nueva York, seguido de Illinois y Nueva Jersey. En este último batallaba ayer Obama desde un escenario en el que apareció otra celebridad dispuesta a improvisar su debut político: el actor Robert de Niro, profundamente involucrado en el renacer cultural de Nueva York tras los atentados del 11-S pero ajeno a las campañas. «Si lo que queréis es experiencia, Dick Cheney podría ser vuestro próximo presidente», gritó provocador, en clara referencia a Hillary. Otro famoso sobrecogido por la urgencia de un momento que siente único en la historia, capaz de desvanecerse si no se sacude la pereza y hace un esfuerzo por despertar a sus compatriotas.
Rambo y Terminator
Eso es también lo que motivó a Will.i.am, el cantante de Black Eyed Peas, a escribir una canción con el discurso del 'Sí se puede' de Obama (www.yeswecansong.com) transformado en un bello himno que corean 36 estrellas de la música, el cine y la televisión. Entre las muchas caras conocidas que aparecen en el vídeo, grabado apenas la semana pasada, destacan la última musa de Woody Allen, Scarlett Johannson y los protagonistas de series de televisión como 'Anatomía de Grey' (Kate Walsh), 'CSI: New York' (Kelly Hu y Maya Rubin) o 'Sin rastro' (Enrique Murciano).
Mientras las estrellas le calentaban el ambiente a Obama, la ex primera dama, exhausta y afónica, seguía sumando el apoyo de políticos y funcionarios latinos con los que cuentan para estos estados en los que los hispanos llegan a suponer el 42,1% de Nuevo México o el 32,4% de California. Hubo también un deje de lágrimas en Connecticut, donde cortejaba a las de su género, esta vez motivado por los recuerdos nostálgicos de uno de sus mentores de la universidad, que la emocionó al recordar con orgullo a la colegiala de ayer que hoy aspira a ser la primera presidenta de EE .UU. Esta vez el brillo en los ojos no tuvo el efecto enternecedor de New Hampshire, sino que provocó una airada crítica en los medios.
Quien parecía dirigirse con seguridad hacia la victoria, reconfortado por las encuestas y el espaldarazo público de Rambo y Terminator, era el senador de Arizona, John McCain, que incluso soñaba con humillar al ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romeney, venciéndole en su propio feudo. Discreto, el predicador Mike Huckabee confiaba en la gracia de Dios y el voto de sus fieles, decidido a no dejar la contienda mientras le quede dinero y aliento.
La batalla por la nominación republicana puede decidirse hoy, gracias a las reglas de varios estados en las que el ganador se lleva todos los escaños. La de los demócratas, por contra, promete alargar el suspense.