Artista busca padrino
La web www.apadrinaunartista.com cuenta ya con más de setecientos solistas y grupos que aspiran a grabar su primer disco; entre los aspirantes, hay más de un gaditano
Actualizado: GuardarCenicienta tenía un hada madrina que, encontrándola llorosa y sucísima de hollín, decidía transformar las basurillas en lúcidos trapos vaporosos para colarla, hecha un pincel, en la fiesta del príncipe azul. Montse Sabajanes no es una heroína de cuento pero tiene doce padrinos, la ilusión de los 24 años y 370 dólares reunidos para los 50.000 que costará producir su primer álbum. Admiradora del pop, de Santana y JLo, esta cantante de voz cortada es una de las muchas que pueblan el dominio www.apadrinaunartista.com, una alternativa al margen de las grandes industrias que quiere servir como plataforma para los nuevos valores y que ya cuenta con algún nombre que, como Montse, pretende ganarse la vida con la música nacida en Cádiz.
«Contacté con AUA (Apadrina un Artista) después de que ellos entraran en mi dominio de Myspace, me pareció una iniciativa muy buena, muy prometedora. La web me da esperanzas porque tienes más posibilidades de que te conozcan y tu nombre pasa de boca en boca», apunta la joven. El funcionamiento del portal es simple. El cantante interesado se registra, sube sus temas y ya está a disposición de recibir las inversiones de sus padrinos. Y es que, al contrario que en los cuentos de hadas, las hadas de estos artistas contribuyen a su talento no dando simplemente el dinero, sino invirtiendo en su proyecto con el acuerdo de recibir, si prospera, un porcentaje de los beneficios de su éxito.
En las antípodas de la música de Sabajanes, luchando desde hace años por hacerse un hueco para tocar punk en una ciudad algo hostil a estos sonidos, están los gaditanos Atómikos y sus nada menos que 50 padrinos. Un buen puñado de incondicionales que ya han reunido 2380 dólares para que puedan registrar sus temas.
«Lo del portal nos pareció una fantástica idea. No sólo porque da la posibilidad de grabar sino porque, en ese camino, te permite darte a conocer a la gente, consigue que se sientan parte de tu proyecto y te apoyen», comenta Paco García, uno de los tres Atómikos junto a Humberto e Israel.
Con más de diez años dedicados a la música, para Atómikos esto de hacer un álbum no les coge por sorpresa. En junio de 1998 sacaron su primer trabajo, editado por el desaparecido sello madrileño Pánico Records y producido por Josema Dalton. Con el nuevo proyecto que pretenden ahora, las cosas parecen ir viento en popa. A lo conseguido en los tres escasos meses que llevan en AUA se suma que su videoclip casero Flores del mal -elaborado de manera rudimentaria en el ordenador de Paco- está resultando un éxito de descargas y es, incluso, proyectado en canales especializados como Solmúsica.
Agradables sorpresas
Tanto para los chicos de Atómikos como para Sabajanes lo más inesperado de haberse sumado al apadrinamiento ha sido encontrarse con el apoyo de personas anónimas. Gente desconocida que invierte su dinero en apoyarles, simplemente, porque confían en ellos. «Nos pareció súper fuerte. Se ha convertido en una especie de escaparate, la gente va viéndote, opina sobre tu música y el contacto con tus fans es total», comenta Paco a quien le gusta intercambiar pareceres con sus padrinos por internet.
De la mano de AUA cualquiera que tenga inquietudes artísticas y una canción que tocar puede subirse a la red y esperar a cumplir su sueño. Con menos de un año abierta, la web ya tiene 747 apadrinados y un Top Ten en el que cuatro grupos y artistas superan los nueve mil euros de inversión: Gremio DC (19.230 padrinos), Kireina (10.890), Elain Rouch (9.750) y Lap a Rush (9.030).
Con la intención de colocarse, algún día, en esa primera división de quiénes reúnen un mayor número de inversores, Montse Sabajanes y los chicos de Atómikos han dado ya sus primeros pasos para hacerse un sitio en el gran escaparate de la red. Ahora, la pelota están en el terreno de sus fans, encargados de apostar por ellos y darlos a conocer para sumar adeptos a la causa. Una causa cultural pero también interesada ya que, de encontrarse entre ellos una bicoca superventas el padrino en cuestión puede sumar pingües beneficios.
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