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La danza más velada del mundo
Jalilah es una madrileña que lleva seis años en Andalucía enseñando a todas las personas que tengan curiosidad la danza del vientre
Actualizado: GuardarQue se acerquen todas aquellas mujeres y jovencitas que quieran mover un poco el esqueleto, que deseen hacer algo de ejercicio, que tengan curiosidad por otras culturas y que, de camino, se pongan un poco sensuales ante su pareja si llega el caso. Todas a bailar la danza del vientre. Para ello tenemos a Jalilah, que posee unos ojos grandes y morenos, y que desde muy joven sintió una especie de fascinación por este baile originario de Egipto.
Jalilah lleva años cogiendo las lentejuelas, las gasas y los crótalos, y se convierte en la reina del harén. Todo un mundo de sensualidad y virtuosismo de la cultura islámica. «Por supuesto que existe una gran carga de sensualidad en la danza del vientre, pero quiero destacar que no es sólo eso. Por ejemplo, te puedo decir que para aquellas mujeres que van a tener un bebé es un ejercicio estupendo porque ayudará a la hora del alumbramiento», comenta nuestra bailarina.
Jalilah ha decidido dedicarse profesionalmente a la danza. «He trabajado también en otras cosas, pero he apostado por esto, es mi vida», subraya. Ahora, Jalilah está empeñada en llevar las particularidades y la técnica de este baile a todas las chicas que se encuentren dentro del arco que oscila entre los diez y los sesenta años. Casi nada. Ha abierto una web en www.lalunamora.com, con su tienda virtual y, además, imparte clases en el gimnasio KIME y en el Club Nazaret de nuestra ciudad.
Proyectos
Cargada de proyectos, que pasan por dar a conocer una coreografía con la peculiaridad de unir la danza del vientre con la equitación, Jalilah prosigue infatigable esa otra danza más complicada como es la de sobrevivir enseñando a las féminas los misterios de esta danza y los resultados que arroja.
La danza del vientre conlleva todo el peso de una cultura exótica y cargada de simbolismos. Una forma de tender puentes, un motivo para contemplar otras culturas y, de camino, un argumento para disfrutar hasta el límite de las posibilidades.