Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
ILUSIÓN. Xavi celebra el gol que dio la victoria al Barcelona. / EFE
MÁS FÚTBOL

Xavi aprieta la Liga con un gol a Osasuna en el último suspiro

El Barça se coloca a seis puntos del líder tras marcar en el minuto 88 El equipo azulgrana sigue sufriendo una alarmante falta de pegada

S. OLEGO
Actualizado:

El Barça sufrió lo indecible para engancharse a la Liga tras derrotar al Osasuna con un tanto de Xavi a dos minutos del final. Los azulgrana, que tan sólo brillaron en el último cuarto de hora de la primera mitad, lo celebraron a lo grande sabedores de que su triunfo les coloca a seis puntos del Real Madrid.

Los azulgrana tardaron casi media hora en carburar. Hasta ese instante andaban distraídos. El atrevido juego directo de Osasuna les molestaba en exceso. Aunque los navarros no inquietaron a Valdés, se entrometieron en las inmediaciones de su área dando cierta sensación de peligro. Además, el maltrecho césped del Camp Nou -la lluvia cayó con fuerza durante el día-, tampoco ayudaba al fútbol control de los locales.

Un triste inicio

Pese a pasarse casi treinta minutos navegando sin mucho criterio, el Barça ya había acumulado un par de disparos peligrosos sobre la meta de Ricardo. La estadística azulgrana se iba a incrementar de forma vertiginosa durante el tramo final de la primera mitad.

Un simple cambio de posiciones entre Messi y Bojan desató a los locales. El argentino ocupó la banda derecha dejando que el leridano ocupase su posición natural como ariete. Ese reto alimentó la movilidad azulgrana.

Ricardo se convertiría en el héroe rojillo. Su pequeña dosis de fortuna al desviar con la cara un remate a bocajarro de Iniesta y sus reflejos tras rechazar un cabezazo de Henry posibilitaron que los rojillos se marchasen al descanso con el resultado inicial. El portero visitante se salvó de tener que intervenir en la única diablura durante el partido de Messi que remató fuera con su pierna derecha tras marcarse un par de regates de lujo dentro del área rojilla.

La alarmante falta de pegada que padece el Barça le generó una peligrosa ansiedad. El inicio de la segunda mitad descubrió a un conjunto pesado de piernas y de cabeza. Salvo Thuram, que entró por el lesionado Puyol, el resto repetía titularidad. Esa falta de fuelle estaba condenando a los azulgrana, que restaban alejados de la meta de Ricardo.

La ausencia de ocasiones animó a Rijkaard. El holandés retocó su once titular cambiando a dos de sus vacas sagradas, Henry y Messi, el argentino estaba fundido, para meter a Giovani y Ronaldinho.

El Camp Nou empezaba a impacientarse ante un Osasuna que abusaba de la pérdida de tiempo. Los navarros restaban cómodos sujetando a un rival incapaz de generar peligro. Sólo faltaba el diluvio universal para incrementar la sensación de agobio local ante la ausencia de ocasiones.

Ronaldinho batallaba desde la frontal del aérea con los centrales navarros intentando sacarles una falta de cierto peligro que Turienzo no señalaba. El Barça se movía con desorden y sin cabeza ante un Osasuna que tuvo una ocasión en la cabeza de Kike Sola.

Esta vez la fortuna se aliaría con los azulgrana. Un rechace dentro del área rojilla situaba el esférico en la bota derecha de Xavi. El centrocampista aprovecharía la ausencia de Ricardo para marcar a puerta vacía. El Barça se fundió en un gran abrazo que repitió al final del partido después de que Valdés atajase con enorme seguridad un trallazo de Javi García.