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PINCHITOS MORUNOS

La importancia de educar

JOSÉ MONFORTE
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Hace un par de semanas Rocío Heredia publicaba en LA VOZ una interesante historia de unos padres de Sanlúcar que habían decidido educar a su hijo en casa. La Junta de Andalucía está investigando el caso. Por las dos partes se ve interés por la cuestión. La familia porque pretende, de esta forma, seguro, lo mejor para su hijo y la administración porque debe vigilar por la educación que reciben los menores, aunque ese mismo celo de los gobernantes sería recomendable en muchas más cuestiones. Esta misma semana otro grupo de chavales le propinó una paliza a otros en un partido de fútbol. La cosa no fue fruto del calentamiento por un gol injusto, sino que venían preparados de casa con palos, caras tapadas y parafernalia propia de película. Al parecer, pretendían reparar una afrenta sufrida en una discoteca. Inmediatamente todos nos hemos alarmado por la situación y, como es habitual en estos casos, se toman medidas urgentes. Ahora queremos policías en todos los partidos y, por esta línea, hasta donde llegaremos... ¿hasta los infantiles, hasta policías en los partidos de colegios, a una persona, un policía? No creo que esté ahí la solución. No nos damos cuenta del mensaje que reciben continuamente los chavales de forma machacona, en películas, en videojuegos, en la televisión, en la calle. Siempre es la misma idea, hombre bueno que, agredido por el mal, se ve obligado a utilizar la violencia para defender el bien. Los chavales lo ven continuamente y no sólo en la ficción. En Irak se han asesinado a miles de personas aduciendo que se defiende un valor tan alto como la libertad. Existe una corriente social, periodística y política que es el neocojonismo, que todo lo quiere solucionar poniendo los genitales, sean femeninos o masculinos, encima de la mesa como principal argumento y la teoría triunfa... parece ser que hasta en la Conferencia Episcopal. Todos estos mensajes, en los que se justifica y hasta, de alguna manera se estima como necesaria la violencia, llegan a los chavales y luego pasan estas cosas. La educación no parece ser uno de los temas que más preocupe a la sociedad. Ojalá todos los padres tuvieran el mismo interés por la educación de sus hijos como estos de Sanlúcar, aunque no entro en valorar si su modelo de educación es bueno o malo. Estamos en campaña electoral y la educación no es precisamente uno de los temas que más se toca. Debemos ocuparnos más de ella, no sólo es un tema para los maestros. O nos ocupamos todos de educar o aprendemos a dar piñazos, nuestra es la elección.