Salida ordenada, pero a oscuras, tras el pregón

El pregonero, Antonio Martínez Ares suelta un: «señores, llegó el Carnaval, el tiempo de la libertad»; y empezaba oficialmente el Carnal de Cádiz. Pasaban escasos minutos de las diez de la noche. Y entonces las luces del escenario se apagaron. Las farolas tampoco se encendieron. Y las cerca de 15.000 personas que el equipo de Protección Civil calcula que había en la plaza de San Antonio, abandonaban el lugar casi a oscuras, y con algún tropiezo.

«Dónde están las luces», preguntó un veinteañero con traje de pirata. «Tened cuidado con el escalón», avisaba una chica que trataba de caminar hacia la calle Ancha.

El dispositivo de salida de la plaza contó con el cuerpo de la Policía Nacional (encargados de coordinar el mantemiento del orden público), Policía Local (volcado con el control del tráfico) y Protección Civil, que trataba de coordinar la actuación de seguridad; así como con el servicio municipal de ambulancia.

El tráfico de vehículos se restringió en todas las vías de acceso, y fueron retirados los coches aparcados que obstaculizaban el paso de personas. También los puestos de venta ambulante.

Por su parte, el escenario contaba con un par de generadores de emergencia, por si fallaba el sistema de energía general.

Intoxicada con alcohol

Los sanitarios de las ambulancias municipales atendieron a tres personas con bajadas de tensión durante el pregón.

Mientras una joven latinoamericana era atendida, con una grave intoxicación etílica, por Protección Civil. La joven fue trasladada al centro médico de El Olivillo, en el barrio de la Viña.