EN EL MERCADO. La cooperativa Nuestra Señora de las Angustias vende productos como el fino Sin Pecado o la gama Romerito.
Jerez

Cuatro décadas de vino sin pecado

La cooperativa Nuestra Señora de las Angustias, con más de 300 socios y unas 1.000 hectáreas de viña, elabora exquisitos caldos y factura al año unos 4,5 millones de euros

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La andadura de la única cooperativa vitivinícola del Marco que se ubica en la ciudad de Jerez comenzó hace más de cuatro décadas, exactamente en el año 1967, cuando la inquietud de un grupo de viticultores por transformar y comercializar su propia producción de uva se materializó en la constitución de esta empresa que hoy en día sigue en activo bajo la presidencia de Manuel Ferral y que forma parte de la federación Aecovi.

En aquel entonces, los viñistas depositaron mucha ilusión y confianza en un proyecto que les era muy necesario para sobrevivir en la Denominación de Origen. Ahora, la actividad con la que comenzaron a funcionar, la elaboración de vinos, sigue siendo el único sustento de los socios de esta cooperativa y la que permite que cada año facturen alrededor de los 4,5 millones de euros.

Y es que pese a que ha habido años malos, a que las ventas del jerez ya no son lo que eran, cada vez que se acerca la fecha de la vendimia todo se prepara en las instalaciones de Nuestra Señora de las Angustias -al borde la carretera N-IV y junto al Hospital- para recibir la llegada incesante de camiones cargados con la uva que se recolecta en las 995 hectáreas de viñedo de la variedad palomino que son propiedad de la cooperativa.

Año tras año desde hace 41, los 311 socios con los que cuenta en la actualidad esta empresa producen y soportan todos los costes de la uva, que luego se transporta hasta la bodega de elaboración que también es propiedad de los agricultores. En ella, se clasifica y selecciona la uva, se elabora el mosto que luego se envejece en madera y, cuando llega el momento, se embotella y se comercializa en origen.

Para ello, esta cooperativa que está catalogada como bodega de crianza y expedición por el Consejo Regulador de los Vinos de Jerez, cuenta con una zona de envejecimiento con capacidad para 5.800 botas de vino, distribuidas en soleras de fino, oloroso y amontillado. A eso se une una bodega de fermentación, formada por dos naves con depósitos de acero inoxidable con la capacidad de almacenar unos 134.000 hectolitros de vino, así como la zona de elaboración con las prensas de la cosecha.

Con estas infraestructuras y gracias a la labor de las nueve personas que forman parte de la plantilla fija de Nuestra Señora de las Angustias -y a las que en las épocas de mayor actividad de la campaña se les suman otros 15 contratados eventuales-, la cooperativa vitivinícola de Jerez saca al mercado unos caldos excelentes, como el conocido fino Sin Pecado, o como los olorosos y amontillados que comercializan bajo la etiqueta de Romerito. Pero también aportan producción para la gama de caldos que Aecovi comercializa bajo el nombre de Alfaraz.

Y no se olvidan de mirar al futuro e innovar, por eso participan en el proyecto de I+D para recuperar una variedad tradicional de la zona, pero olvidada, como la Pedro Ximénez.

ppacheco@lavozdigital.es