El Almería desnuda las carencias de un Madrid desacertado de cara a portería

El magnífico Almería de Unai Emery confirmó su condición de revelación, cosechó su cuarta victoria consecutiva sin encajar un gol y animó la Liga al noquear con toda justicia a un Madrid aparentemente cansado que fue una calamidad en defensa y acusó la presencia de Diarra en el centro del campo. Después de ocho victorias consecutivas, los de Schuster salieron en plan contemplativo a los Juegos del Mediterráneo y lo pagaron con su tercera derrota en la Liga. Curiosamente, cayeron en un duelo en el que Íker Casillas apenas tuvo que intervenir y no exhibieron pegada. Cosas del fútbol.

Emery avisó de que estaba dispuesto a jugar al campeón de tú a tú y lo demostró en la confección de la alineación, ya que prescindió de Soriano y apostó por el toque en el centro del campo con Corona y Felipe Melo. Schuster, en cambio, prefirió a Diarra, cansado y desorientado porque hace nada estaba en la Copa de África, que a Baptista. Y su equipo perdió mucha presencia en el centro del campo con el malí, incapaz de sacar el balón bien jugado y esta vez lamentable también a la hora de quitar. Acusaron sobremanera los de Schuster la baja de Gago.

Lección de Emery

Los andaluces plantearon a la perfección el choque y, encima, tuvieron el acierto de golpear a la primera. Una falta de Sergio Ramos que sacan rápido y que al final define Juanito ante la pasividad de toda la zaga. Casillas hizo la parada imposible, pero esta vez el balón había traspasado la raya de gol. Poca respuesta tuvieron los madrileños en un primer tiempo manejado por los locales.

Lejos de reaccionar, salieron dormidos en la reanudación y encima sin el lesionado Van Nistelrooy. Y el Almería les sorprendió en apenas medio minuto. Crusat le ganó la espalda a Salgado por enésima vez, Cannavaro se echó encima de Negredo y el propio canterano del Madrid transformó el penalti.

Ya con Baptista en el campo, el Real Madrid dispuso de varias ocasiones para meterse en el partido, pero Raúl e Higuaín se estrellaron ante un espléndido Diego Alves. El Madrid sufre ante los modestos.