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«Me encantaba hacerle vestidos a mi Barbie»
Esther Ruiz de Quintanilla debuta hoy «con muchas ganas» en el 'showroom' del Ego de Cibeles
Actualizado: GuardarEstoy muy nerviosa. No sé qué sensación voy a causar». Esther Ruiz de Quintanilla es la única representante gaditana que acude a esta edición del Ego de Cibeles, el certamen de Madrid dedicado a los jóvenes diseñadores. Su oportunidad no estará -esta vez- sobre la pasarela sino en el showroom, el apartado que dedica el encuentro para que los modistos luzcan en los diferentes stands sus últimas colecciones. «Tengo muchas expectativas. Es algo nuevo y no sé cómo saldrá», comentaba inquieta Esther desde su casa de Cádiz antes de partir para la capital. Hoy, de once a diez de la noche dará el resto en Alcalá, 31 para que sus creaciones gusten a compañeros, distribuidores, tiendas, y a todos los que forman parte del entramado comercial de la moda.
La gaditana ha seleccionado catorce modelos de la misma colección que le llevó a ganar en diciembre pasado el certamen de jóvenes diseñadores de la provincia que se celebró en El Puerto. La creación está inspirada en representaciones gráficas de la medicina tradicional de diferentes culturas. «Encontré por casualidad unos carteles con grabados de costumbres sanitarias asiáticas, europeas, y me gustó la idea para reproducirla con mis tejidos». En ellos, el concepto de la enfermedad y la muerte se presentan en capas con curiosas ilustraciones, y con otros vestidos más coloristas de plisados irregulares.
«Comencé a dedicarme a esto a los 18 años aunque siempre me había gustado. Me encantaba hacerle vestidos a mi Barbie», bromea Esther. Entró en la Escuela EDA de Jerez y debutó en los desfiles de fin de curso. Participó en la primera edición de Mivestidoazul, la muestra dedicada al diseño joven que cada año el dúo Solitas (debutantes de la pasarela Cibeles en 2007) organiza en el Baluarte de la Candelaria.
«No puedes rendirte»
Colaboró con la revista catalana especializada Tela magazine, desfiló modelos cabareteros en la Sala Apolo y expuso en una tienda de Barcelona. «Es un trabajo muy constante. No puedes rendirte», explica horas antes de la alternativa. «Me acuerdo cuando me propusieron hacer, con mi anterior colección una sesión de fotos en el Hotel Puerto América. Estaba muy orgullosa».
Ahora, Esther volverá a tener otra oportunidad. «Hay que estar en el sitio indicado. Aunque seas muy creativa, sino hay dinero no vas a ningún lado. Tienes que invertir mucho en ti misma. La colección que llevo a Cibeles la he hecho gracias al apoyo de mi familia y con el dinero que gané del certamen», confiesa. Entonces, el jurado premió su originalidad, perfecto acabado y confección, y comentó la sensación que produjo en el público que cuando vio sus diseños, enmudeció. Ahora, le ha llegado el momento de hacer mucho ruido.