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El corto rodado en Rota estará en los festivales de París y Hollywood
'El libro talonario', una 'superproducción' en su formato, con un equipo gaditano de 70 personas , compite en las principales muestras del mundo Logró el Primer Premio del Certamen de Jóvenes Creadores Cineo 2007
Actualizado: GuardarRota envejeció, para el aparatoso rodaje de El Libro Talonario, un siglo y medio. Durante tres días, por la plaza de Bartolomé Pérez, la mayetería y el Palacio Luna, ante la mirada estupefacta de turistas y curiosos, desfilaron doñas con sus cohortes de criadas y lacayos, críos mugrientos que pedían limosnas, vaqueros, aguaciles y chalanes del XIX. La población se volcó de lleno con esta singular superproducción de 30 minutos que movió un equipo de 70 personas (más que algunos largos) por los rincones más representativos de la villa gaditana, para contar una historia local convertida en hito literario por Pedro Antonio de Alarcón.
Después del exitoso estreno del corto, en la última edición de Alcances, la cinta de Gonzalo Merat no ha dejado de cosechar reconocimientos, tanto a nivel nacional como internacional, hasta suscribir un palmarés con escasos precedentes en piezas de su formato.
Los últimos acaban de poner la ginda a una trayectoria impecable. El libro ha sido seleccionado para participar en dos de los festivales de cine más importantes del mundo, el Cinema du Paris, y el Fiction Festival de Hollywood. Ambos pasan por ser los certámenes más exigentes del género, aunque el corto ya ha demostrado sobradamente su calidad con un preciadísimo Primer Premio en el Certamen de Jóvenes Creadores Cineo 2007, el plus que supuso el espaldarazo definitivo para su exhibición en las grandes muestras europeas y norteamericanas.
Gonzalo Merat, director del filme, confiesa que el esfuerzo y la implicación de todo el equipo, así como los «excelentes resultados» del montaje final, se merecían «esto y más», pero la unanimidad de la crítica especializada a la hora de distinguir la impecable factura de la pieza «nos ha superado a todos».
Tanto el propio Merat como la directora de producción, Irene Solino (natural de Jerez), comenzaron a intuir la larga carrera que aguardaba al corto tras el beneplácito de la organización de prestigiosos festivales patrios, como el de Estepona y Espartinas, donde alcanzaron la final con una terna de competidores de primer nivel. El dossier de proyectos de Andalucía Film Comission también les sirvió para probar las mieles del Festival de San Sebastián.
Fotogramas, que patrocina el certamen más popular de España, le dio entonces el visto bueno al trabajo con una elogiosa reseña: «Perfecto en ambientación y adaptación dialogal, El Libro Talonario es una propuesta distinta. Distinta a todo lo que se ha presentado hasta ahora. Con interpretaciones entrañables y convincentes (...). Recomendamos su visionado, quizá tenga el mejor diseño de producción y la ambientación más trabajada que haya pasado por aquí». Después, cuando comenzaron a lloverles selecciones en festivales iberoamericanos (Perú, Colombia, Argentina) se convencieron de que tanto la historia como la manera de contarla «tenían vocación universal». El refrendo definitivo fue la invitación a formar parte del cartel de The Nordern Wave Film Festival de Islandia, en la que se dan cita las mejores producciones en corto del planeta.
«Estamos en esa carrera -comenta Merat-, que es lo verdaderamente importante: nuestro trabajo, y el esfuerzo que hizo Rota para que el sueño se convirtiera en realidad está siendo recompensado, lo que nos llena de ilusión para seguir en este mundo tan difícil y encarar nuevos proyectos». dperez@lavozdigital.es El Libro Talonario es una adaptación de la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón, que transcurre en la Villa de Rota en el año 1877. En la historia, un humilde agricultor local, un mayeto, sufre el robo de 40 calabazas y debe agudizar el ingenio para capturar al culpable y demostrar su acusación con pruebas. La obra recoge las peripecias de la víctima, el proceso de investigación y el posterior juicio, lo que supone «una oportunidad única para mostrar Rota de una forma muy peculiar, mezclando escenarios urbanos tradicionales como la plaza Bartolomé Pérez, o el Palacio Luna, con otros exteriores», explicaba el director del proyecto y autor del guión adaptado, el cineasta sevillano Gonzalo Merat.
«El proceso de pre producción fue muy complejo, ya que no podíamos dejar ningún cabo suelto para que, una vez que el equipo se situara en los escenarios elegidos, no se dejara nada a la improvisación», recalca Merat. Todos los intérpretes son actores de teatro de la localidad, «fundamentalmente del grupo La Madriguera», algo que ha contribuido especialmente a que «el pueblo de Rota sienta este proyecto como algo suyo, que era uno de nuestros propósitos iniciales».